<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15196203\x26blogName\x3dklept%C3%98\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://klept0.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://klept0.blogspot.com/\x26vt\x3d70975121274733012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

martes, febrero 28, 2006

7:34 p. m. - El Desván.

Foto: Production Quadriga MGNT

Me siento igual que un náufrago, sólo por entrar en sus aguas, sus oleajes marrones por el sedimento, me devuelven la silla que quedó desemparejada de aquél juego de comedor, color beige skay, recuerdo su sobre imitando madera, ribeteado de un dorado estafa, y sus sillas en falso cromado, haciendo ¿juego?, sí ésta es la silla... doy un paso atrás para tropezar con el ventilador, sus aspas esconden en dos grados su color verde olivo, debido al polvo, aquí acabó cuando él decidió que eran más vistosos y eficientes, los de techo de maderas relucientes, con lámparas centrales de tulipas de cristal, las tulipas... si quedara alguna por aquí, me agacho para remover la caja en el suelo, las partituras de música siguen en la misma carpeta con el gancho metálico en el medio, que usaba para ir al conservatorio, reconozco la melodía, pero sería incapaz de interpretarla, de hecho, ni siquiera se veía capaz de sacar un sonido limpio de la flauta travesera desde lo más hondo de su tórax, la mano izquierda se eleva marcando los cuatro tiempos del compás, sonríe al recordar la luz diáfana por la escalera de caracol, las pintadas con bolígrafo en su columna vertebral de yeso carcomido, el balcón descolocado por la partición de casa noble a conservatorio, que quedaba a un lateral de la escalera, las conversaciones de mejores posturas, mejores pendientes, mejores canciones con ella, en esa barandilla de balcón descolocado, ¿cómo se llamaba ella?... unas fotos la sacan de su ensimismamiento, enseguida sabe qué hacen ahí desterradas de los foto álbumes oficiales, son las fotos del Barracuda, por delante, por detrás, de perfil, él al volante del Barracuda, él... lo había odiado durante mucho tiempo, por hacerles creer que eran una familia unida, que él siempre cumplía, el odio mermó cuando reconoció que se parecía más a él, que a nadie. Eso la liberó.

Levanta la mirada, parpadea rápido, no quiere llorar, el espejo le devuelve su reflejo en cuclillas, se incorpora y se alisa el jersey, le ha costado que su figura volviera a ser esbelta, pero nunca volverán las zapatillas rosas de punta, gira sobre sí misma, y sus pies se colocan en primera, repasa el marco del espejo, su mano acaricia la moldura, y de repente ella tiene siete años, está agazapada detrás de la mesita de la sala, a su alrededor todo está oscuro, sólo se oyen las respiraciones fuertes de los adultos durmiendo, gatea hasta los pies de la cómoda, para situarse a un lado de la cama, los latidos de su corazón son más fuertes que la respiración de quien yace en la cama, se queda quieta por miedo a que se oigan sus latidos, tiene paciencia, espera, y cuando lo cree conveniente se levanta, observa maravillada la superficie de la cómoda, desperdigados sobre ella, hay medicamentos, clips de pelo, papeles sueltos, medallitas de vírgenes olvidadas, un Nuevo Testamento de bolsillo, observa, escoge un objeto, lo examina, y vuelve a colocarlo en su sitio, lo importante no es llevarse algo, sino que se note que los ha tocado, observado, que ha descubierto quién es ella realmente, la persona quien yace en la cama, pretendiendo dormir.

Le da la espalda a su reflejo, ve el cabezal de la cama, ¿estará también aquél crucifijo de madera?, busca con la mirada, sus ojos tropiezan con los cables de cuando instalaron la tele por cable pirata, todavía le parece que fué ayer cuando vió por primera vez MTV, y aquél canal que sólo emitía películas en v.o. sin anuncios, ¿cómo era el slogan?, ¡ah sí!, "it´s waiting for you", es curioso realmente todos esos objetos se habían quedado, de alguna forma “esperando”...


- ¿Sigue ahí?

- Sí, sigo aquí.

- Por un momento pensé que había perdido la cobertura, con estos trastos nunca se sabe. – Comenta la voz, al otro lado del teléfono. - Entonces, ¿le interesa hacer una visita a la casa?.

- ¿Tiene desván?

- Eh, pues no sé... déjeme ver, en la ficha sale que tiene una buhardilla, pero necesita reformas.

- Perfecto, nunca tuve una, ¿qué tal el jueves?.




Objetivos: Este relato surgió como un regalo, quería cerrar este mes de febrero con él, un mes que ha tenido de todo, momentos inenarrables, revelaciones impactantes tal vez por esperadas y sobretodo mucho cariño por parte de vosotros los incondicionales.
Tiempo (compartido) si has leído hasta aquí: 3:09

|

lunes, febrero 27, 2006

9:15 p. m. - Quedan pocas horas.

Collage sobre Mad-magic-magnificent, por Steven Klein, 2004.


Out of my head.

Soy tu mejor fantasía, y precisamente por eso puedo ser tu peor pesadilla. Puedo hacer ver que nada de todo esto importa, puedes incluso creértelo, pero soy quien realmente te espera a los pies de la cama, y a quien deseas. Aunque intentes por todos los medios de no ver lo evidente, de intentar ser la misma persona de siempre, cándida, gentil, tierna... muy tierna.

Out of my body.

Quedan pocas horas ya, para dejar de ser quien realmente es, quien realmente se siente ser. Pero a diferencia de la mariposa, su metamorfosis le devolverá al capullo.

Out of site.


Objetivos: Seguiremos pues, disfrazados de capullos el resto del año.
Tiempo (en otra piel) si has leído hasta aquí: 0:40

|

miércoles, febrero 22, 2006

9:37 p. m. - Ten presente...

Foto de Jonathan Monk, "Black eyes", 2003.


Si tienes una buena racha, enfatiza que es producto de una época oscura, no dés nunca la impresión de que todo te va bien, viento en popa a toda vela, porque los que a tu alrededor te quieren bien, desearán tu mal, envidiarán tu viento, y soplarán, soplarán, vientos huracanados. Lo harán inconscientemente, conscientes de que ellos se merecen igual o más que tú, tu buena ventura. Ten presente que cualquier deuda material o emocional que contraigas previamente con ellos, ése será el mejor momento de recordártelo.

Ni se te ocurra gritar a los cuatro vientos, que desde tu puerto atisbas otra orilla, y que si no hay bote para llegar a ella, nadarás y nadarás. Porque estás seguro de que existen otros cielos, otras palmeras, otra arena que dejar escapar entre tus dedos. Olerás su miedo al cambio, el reproche por tu atrevimiento. Ten presente que cualquier deuda material o emocional que contraigas previamente con ellos, ése será el mejor momento de recordártelo.

Cuando estés triste, fruto de una equivocación, de una derrota, enjuga tus lágrimas, que no te vean alicaído, los que bien te quieren, primero te consolarán, para luego de manera sutil, decirte todo aquello que crean menester, serán certeros lanceros, te reeducarán a su imagen y semejanza, que es la buena, la correcta. Ten presente que cualquier deuda material o emocional que contraigas previamente con ellos, ése será el mejor momento de recordártelo.

Por mucho que te esmeres en ser correcto con las personas que te ignoran, esas que dicen que su vida es igual de llena y feliz sin ti, pero hablando de ti, cualquier cosa que les digas será malinterpretada expresa o profesamente. Ten presente que cualquier deuda material o emocional que contraigas previamente con ellos, ése será el mejor momento de recordártelo.



Objetivos: Éstas son las reglas, y de hecho ya estás jugando.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 1:25

|

domingo, febrero 19, 2006

9:47 p. m. - Ahora lloras más que antes.

Foto promocional de Christian Lacroix.

Cuando lloro, recuerdo las palabras de aquella abuela, que no era la mía, cuando vaciando su vida, que no era la que yo heredaría, me decía que tenía que sentarse que las piernas ya no le aguantaban como antes, delante de mi comprensión, se justificaba diciendo que cuando tenía mi edad y a su vez su propia abuela, le decía estas mismas palabras, ella no las entendía, pero yo le entendía perfectamente, entendía su cansancio al final de una etapa, entendía el dolor de desprenderse de cosas que parecían eternas, entendía que eso dolía más que sus rodillas débiles por el paso del tiempo, por el peso soportado.

De vez en cuando y desde hace unos años, según el esfuerzo o cansancio del día, me crugen las rodillas, hago ver que no es importante, que con un masaje, o poniendo las piernas en alto, estando en la cama, con el culo apoyado en la pared, se me pasará, a veces lo consigo, lo malo de esta posición es que te obliga a dejar la mirada perdida en el techo, y ves esa telaraña que no has quitado y cada primavera dices, la quitaré, ves esa mancha de pintura donde no pusiste bien la cinta protectora de carrocero, ves el capullo póstumo de la polilla, ves manchas incipientes de humedad, y empiezas casi sin darte cuenta a recordar tus propias trampas de araña, esos aludes internos de pintura, esos capullos que prometían falsas metamorfosis y los mapas que conforman tus manchas de humedad, por qué nunca habló aquella abuela, que no era la mía, sobre cómo conseguir engañar al alma, cómo soportar el peso de la pérdida, cómo y con qué fuerzas, cuando te desvalijan a fondo, comienzas de nuevo, cómo... cómo...

Es por eso que ahora vierto las lágrimas que en época de sequía del alma no pude, cuando tú te fuiste, por no poder estar a tu lado cuando pasó, y por ni siquiera sospechar que el fin estaba tan cerca, por las cosas que se quedaron atrás pensando que algún día volvería a por ellas, por los ausentes presentes en mis recuerdos, por la desconocida que suplanta mi sitio en casa de mi abuelo, por la que hurga en mis raíces, por la que sustrae mis recuerdos olvidados, mis piezas de puzzle, por haber agotado diez años, por sospechar que esos años no eran de hojas perennes sino caducas, por seguir amando a pesar del dolor, porque me dices que no me lleve todas mis cosas de golpe, por la sangre de mi sangre, por todas las canciones tristes que ahora cobran sentido, por recordar cuando jugaba a estar blue, a parecer que me importaba, a parecer que entendía, por intentar ser feliz a pesar de todo, por gustarte, por desearte, por sentirlas cómo se clavan tus palabras, una a una en mi músculo bombeante, porque el músculo sigue bombeando terco, vital, desobediente.

Porque los sedimentos acumulados, hacen que aunque me estés regalando cosas anheladas sin yo saberlo, cosas ahora imprescindibles en mi vida, cosas para atesorar, para mimar, para crecer con ellas, no pueda más que llorar, y tú no puedas más que reprocharme.

- Joder tía, ahora lloras más que antes.

Yo callo porque quiero decirte que es de alegría, pero sé a ciencia cierta, que tú también sabes, al igual que aquella abuela, que no era la mía, que no me duelen sólo las piernas, ni siquiera me molestan las rodillas.



Objetivos: Por ti, para ti, por mi.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 2:29

|

jueves, febrero 16, 2006

5:10 p. m. - Sin esquema previo.

Collage sobre 2 fotos escaneadas, la inferior del VOGUE.IT.

Me gustan los collages, desde que ví el primero en clase, lo llevaba ella, claro todo lo cool, lo tenía ella primero, recuerdo que era en tonos rosa y que había infiltrado un anuncio de la clásica botella de champú Jhonson&Jhonson. Ya ves qué tonterías recuerda uno con el tiempo, pero lo realmente interesante de la técnica del collage radica, en la trasformación de una imagen inicial, con un objetivo y un fin totalmente anulados por su combinación, o más bien troceamiento junto con otras imágenes. Luego está la técnica más refinada del decoupage, pero la idea viene a ser la misma.

Es imposible decir o tratar de explicar cómo surge un collage, en qué se inspira o que inspira finalmente, y el autor pocas veces reconoce, el placer que ha sentido al decapitar una figura, ver cómo se desliza la tijera grácilmente atravesando muros de papel, para después vanagloriarse con el resultado que, si es bueno parecerá incluso que encaje, como el mejor de los rompecabezas. Tendrá harmonía en el color, o contrastes caprichosos, pero como si siempre hubieran estado ahí magníficamente orquestados y por siempre unidos por el pegamento o cola.


" Ya he dicho que escribo sin esquemas previos y que por consiguiente nunca sé lo que va a pasar en las siguientes páginas, todo ello no es el producto de una planificación o de un diseño; es fruto del dejarme arrastrar sin violencia por una idea o una imagen. El argumento siempre permanece oculto, como el mimbre en la trama, pero uno sabe que no deja de hacerse, de crecer, en ese otro lado de la conciencia al que sólo se accede a través del sueño o la locura". Juan José Millás.


Coser sin hilvanar, cortar y coser, cortar y pegar, y ahora escribir... todo ha sido siempre dejándome arrastrar, sin esquema previo.



Objetivos: Con lo cual, sólo puedo escribir todo lo rápido que me permita mi conciencia a través del sueño o de la locura.
Tiempo (de collage) si has leído hasta aquí: 1:34

|

lunes, febrero 13, 2006

7:45 p. m. - ¿Qué te llevarías a una isla?

Foto: B CommunicationsMarinO.IT

Ya sé que estais pensando, venga YA, la preguntita va acompañada de un sin fin de estereotipos y bagatelas varias, todas por el mismo precio. Pero lejos de lo vulgar de la misma, es una pregunta trampa, sea lo que sea que contestes, te define rápidamente.

Es una pregunta compuesta, es decir no es de lectura simple, ni simple su respuesta, ligada muy directamente al concepto del TODO.

No, no estoy divagando, no he comido excesos ricos en azúcares saturados, ni bebido líquidos cuyos porcentajes sobrepasen la decena alcoholica, me explico, de entrada deberíamos formular la pregunta correcta: ¿te irías a una isla?. De ser negativa la respuesta: pasa del post, nos leemos otro día, éste no va dirigido a ti. De ser la respuesta afirmativa, la siguiente sería: ¿y lo dejarías todo?...

Y aquí ya la hemos líado, el concepto del todo, puede sorprendernos incluso a nosotros mismos. El todo como concepto es una masa informe, peligrosa y absorbente que nos marca y delimita, pero con consentimiento, no os penseis, como ejemplos así a lo rápido y sin ningún tipo de orden previo, tenemos: la hipoteca, el coche, la ciudad (tú ciudad), el trabajo (ligado en teoría a la realización personal), las manías habituales adquiridas (gimnasios, hobbies, ir de compras, todos tus canales de la tele, ir de cena), los amigos, la familia y algún ser incluiría tímidamente a su pareja actual con mascotas varias, en el mismo lote (consultar termómetro de la relación).

Entrar en las minucias de la masa informe, sería aparte de extenso, doloroso, uno acaba dándose cuenta de que está atado y bien atado, pero con consentimiento, eh!... eso nos hace más libres... el consentimiento.

Pero si aún así, en un arranque irreconocible por propios y extraños quienes reflejarán el MIEDO en sus ojos, contestas SÍ, lo dejaría TODO, no crees que entonces, la pregunta trampa cae sola por su propio peso, ¿para qué vas a necesitar nada de ese todo?.



Hace unos días, veía un documental sobre Tobago (sin Trinidad), sus gentes son un mestizaje de autóctonos y europeos quienes en su día dejaron atrás su todo, dejándose adoptar por la isla, eran en su mayoría gentes sencillas, algunos dirían que simples por la ausencia de ambición, la isla los había reconvertido en artistas, meditadores que habían encontrado el tan anhelado equilibrio de sus chacras, criadores de caballos, diseñadores de muebles reciclados, o de ropa estilo Hawai 5.0, pescadores, locutores de radio (de la única radio), pero sobretodo en personas con una sonrisa perenne en el semblante. Dicen que Robinson Crusoe, la novela, está inspirada en Tobago, cuya vegetación exhuberante y parajes paradisíacos, han perdido a más de uno, y digo yo, ¿acaso Robinson se llevó algo a la isla?... No sé si algún día seré capaz de ir con consentimiento en busca de mi propia isla, pero de ser así, espero encontrar papel y tintes vegetales, para escribir el principio de mi nuevo todo, añorar la masa informe y con un poco de suerte, vender el copyright para la peli.


Objetivos: ¿Qué os llevaríais vosotros?
Tiempo robado si (te has quedado en la isla) hasta aquí: 2:29

|

miércoles, febrero 08, 2006

6:45 p. m. - Mimando al personal.


Esta semana ha habido cambios entre mis cómplices, alguno se ha fugado ª_ª, y otros se han dejado pillar. Pero hoy quiero obsequiaros, con esos blogs que por alguna extraña razón, repito visita como espectadora, por curiosos, anecdóticos, y por aburrimiento. El método es sencillo, me coloco en la página principal de Blogger, me quedo como una pajuata, mirando la línea de actualizaciones, y cuando un título me llama, ¡clicko!, love at first sight (foto de BONAVERI).

Vale me habeis pillado que no tengo nada preparado para hoy, pero para mañana puede que sí, mientras tanto ahí va eso, ¿preparados con las manos en los mouses?, calentamiento previo digital recomendado, estirando el dedo índice en 3, 2, 1...:

Para Glassy, esto es pesimismo lo demás son tonterías, marcodangelo

Para Ka!, surfysurfy

Para Ilne, inglish pikinglish, top 21

Para Alemar, con simpatía y mucho humor, the company

Para Mazeekeen, lovehatez

Para Wisheast, discoselector

Para nadie en particular y para todos en general, designsponge, freehiphop, criminal y sus habladas, I hit the floor.


Objetivos: Puro escaqueo.
Tiempo (clickando) si has leído hasta aquí: ve tú a saber, clickas ahí y al final no sabes ni lo que estabas mirando primero.

|

viernes, febrero 03, 2006

9:25 p. m. - Sigue caminando.

Hoy klept0, tiene el honor de dejaros en compañía de Wisheast, quien nos ha honrado con un relato de su propio puño y letra, bueno más bien de su propio teclear... Con todos vosotros Wisheast, y su relato:



SIGUE CAMINANDO


Hacia un frío atroz, que envolvía el cuerpo de Lucía. La oscuridad no dejó espacio ni a la luna ni a las estrellas esa noche, lo cubría todo con un manto negro, sólo las nubes cargadas de furia habían tomado el cielo, escupiendo espadas de viento heladas que azotaban al osado que no se hubiese puesto a cubierto... como Lucía. Pensó en volver, a pocos kilómetros de ahí, tenía el cobijo de una casa cálida, y su cama le parecía ahora, en la distancia mucho mas mullida y acogedora.

- Sigue caminando, pase lo que pase no dejes de caminar.- Le decía una voz errante que brotaba en todas direcciones, a cada paso que daba.

No podía evitar pensar en esa mesa puesta con mil manjares, y los brazos de quienes la querían, se sentía egoísta por no haberse quedado, por no valorar esa vida que ahora veía desde una distancia fría, muy fría. Recordaba lo ciega que estaba, recordaba lo que había tras esa casa, esa calidez ficticia, que le costó tantos años entender. Miró hacia atrás y el camino le devolvió la imagen de un pasado no muy lejano, de una vida mediocre e infeliz pese a tener chimenea, vió horas de paseos por los prados cercanos asomada a otras vidas que le hacían sonreír, viajeros que iban y venían con proyectos, con triunfos y derrotas... pero vivos, increíblemente vivos que la sonreían y saludaban al pasar por su lado. Lucía siempre les saludaba, eran sus héroes, esos hombres y mujeres que habían estado al otro lado de la montaña, y que le hablaban de nuevos mundos, de nuevos colores, de vidas cargadas de aventuras y desventuras pero vidas vividas. No como la de Lucía. Ella sólo había visto una de las caras de la montaña, era demasiado grande para ella, había oído hablar del aterrador frío que allí habitaba. Alguna vez se había sentado en el bar con alguno de esos personajes capaces de atravesar la montaña, no podía dejar de escuchar sus historias durante horas, los miraba casi sin parpadear y soñaba ser un pájaro de alas fuertes, capaz de elevarse por encima de ese muro empedrado y lleno de zarzas que era la montaña.

Pensó en sus pequeños triunfos, en aquellas pequeñas rebeliones que había hecho en su casa, en su vida. Pero eso no le bastaba, las inquietudes se acumulaban día tras día, la soledad de sus pensamientos cada vez eran más y más grandes, y Lucía cada vez se sentía más incomprendida, más sola, y más egoísta. Incluso llegó a odiarse a si misma, por no ser como los demás. Con miedo y a tientas, con los ojos ciegos por la bruma continuó caminando pese a que todo su cuerpo temblaba como un junco, y se preguntaba si ese temblor se debía al frío o al miedo.

- No dejes de caminar, pase lo que pase no dejes de caminar. - La misma voz que emergía de todas direcciones la acompañaba.

Se había negado durante tanto tiempo una posibilidad, que creía no merecerla, y la había ocultado bajo todos sus pensamientos rutinarios. A cada amanecer lo bautizaba con sus trabajos diarios hasta altas horas de la madrugada, un día casi consiguió olvidar sus pensamientos, sus ilusiones, podía controlarlas, podía ser feliz con esa vida, y creía haberlo conseguido, hasta que un día al despertar encontró junto a su cama una sombra triste y oscura que se lamentaba en un rincón.

-¿Por qué me has abandonado Lucía?, – dijo la sombra,– creí que te gustaba.

Lucía se quedó en silencio y una tristeza que le arrancaba el alma se apoderó de ella, reconoció en esa sombra, a cada uno de sus sueños abandonados en ese mismo rincón, mucho tiempo atrás. Se acercó despacio a esa sombra que temblaba y lloraba por miedo a que Lucía volviera a encerrarla en el fondo de su mente. Pero al contrario ésta se acercó y la acarició, con el mismo cuidado que se acaricia a un recién nacido, al pasar su mano por encima de las curvas de la sombra esta se iluminó lentamente y de ella brotaron miles de luces y en cada una de ellas pudo ver un antiguo sueño, una antigua ilusión y una posibilidad.

El viento parecía haber leído los pensamientos de Lucía, y le impedía el paso soplando en dirección contraria, sin parar de rugir de manera furiosa. Tanto sopló que Lucía perdió el equilibrio y cayó de bruces al suelo helado por la tormenta. Su rodilla quedó abierta y sangrante y los sollozos de su cansancio, parecían acordes junto con los silbidos fríos del viento, formando una extraña melodía, mientras yacía tendida en el suelo.

-Pase lo que pase, ¡no dejes de caminar!. - De nuevo un eco dulce se clavaba en su oído y le ayudaba a crecerse ante el cruel invierno. Y así lo hizo, a tientas y dolorida se levantó, apretó los dientes, los puños y los ojos y con un gemido que casi parecía el aullido de un animal, se puso en pie. Lucía lloraba desconsolada, sus lágrimas caían como estacas hirientes por sus mejillas y su alma le dolía, por un lado quería rendirse, quería volver, quería calentarse las manos en su chimenea, pero por el otro sabía que su vida no volvería a ser la misma. No podía permitirse ser vencida. Podía perdonarse tropezar y caer, pero no ser vencida.

-Sigue caminando, sigue caminando...

En trance se trasladó de nuevo a ese pasado, a un día de sol en un riachuelo, en el que miraba los peces jugando con el agua, era época de salmones y éstos nadaban contracorriente, se preguntó qué les impulsaba a hacer algo tan absurdo. Por qué nadaban en una dirección imposible, comenzó a seguir el curso de los salmones, vió cómo alguno incluso se golpeaba con una de las piedras, pero aún así seguían. - ¿Por qué?.

-Porque es su instinto, saben que ahí esta su destino.- Dijo una voz al otro lado del río. Lucía frunció el ceño y miró extrañada a una mujer que no había visto jamás, vestida con un traje blanco con el pelo dorado, de dulce y sabia sonrisa.

-Pero les cuesta más nadar, ¿por qué lo hacen?. Y además, ¿cómo pueden no cansarse y rendirse? – Preguntó Lucía.

-La esperanza les guía, Lucía. Simple y maravillosa fe, sólo es eso y eso lo es todo.- Le contestó la mujer, dando media vuelta no sin antes guiñarle un ojo a la joven. -No dejes de caminar, pase lo que pase, sigue caminando.- Ésa era la voz, pura y simple esperanza. Disfrazada de sonido. Lucía dejó de sentirse sola, no lo estaba, la esperanza la había acompañado todo el trayecto, le había ayudado a levantarse y consolaba sus penas.

Ese recuerdo le hizo sonreir, sus labios cortados por el frío se elevaron triunfantes sin rendirse al salvaje viento, que ahora más que nunca rugía enfurecido por la osadía de Lucía. ¿Reírse de él?, se volvío de un gélido blanco, casi adoptaba forma humana, rodeándola y empujándola hacia atrás dificultando su paso. El aguacero golpeaba sus párpados obligándolos a cerrarse. Pero pese a todo Lucía, continuó caminando.

-Sigue caminando, Lucía.- Le repetía la voz.

Un lamento agónico del viento, fue lo último que escuchó antes de que desapareciera por completo, tal fue la rapidez que Lucía volvió a caer de bruces desconcertada, y descansó unos segundos, con la cabeza apoyada en el barro mientras unas gotas de lluvia caían por su nariz, al levantar la mirada vió que la bruma se disolvía sigilosa, rendida ante ella, cuál fue su sorpresa cuando entre los vapores de niebla, vislumbró una diminuta mancha roja en medio del desierto de barro y hielo. Se quedó mirándola con el alma en un puño, aguantando la respiración, hasta que dejó de ver un difuminado punto rojo, para poder disfrutar de una pequeña flor salvaje que emergía de las cenizas de hielo triunfante, en un púrpura que iluminó todo el mundo de Lucía. Con cautela y sin hacer gesto de dolor se irguió, y al mirar al horizonte vió un paisaje que jamás antes había visto, unas nuevas montañas teñidas de verde servían de ventana a un amanecer que emergía tras ellas calentando con sus rayos cada rincón. Se giró hacia atrás y miró atónita la montaña que le había servido de frontera todos aquellos años y que por fin podía ver desde el otro lado. No pudo reprimir la risa y el llanto, todo a la vez, ¿había vencido al invierno?, ¿era posible?, en mitad del camino la mujer vestida de blanco, y cabellos dorados, le sonrió y le dijo una vez más.

-Sigue caminando, Lucía.

Lucía le sonrió, mientras se perdía entre los árboles del bosque, avanzando, con el corazón hambriento, y una sonrisa llena de esperanza. Volvió a mirar al frente y un mar de verdes tiñeron sus ojos, el camino se extendía en una enorme pradera, que se abría ante ella. Dándole la bienvenida a un nuevo mundo desconocido y lleno de luz. Y ahora más que nunca a Lucía le apetecía caminar.


Objetivos: Agradecer enormemente a Wisheast este relato, intentaremos seguir caminando,
no sin antes hacer extensiva la dedicatoria del mismo, por empatía a Glassy y a Gacela. Foto publicitaria de la marca Capalbio.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 8:48

|

miércoles, febrero 01, 2006

10:45 p. m. - ¿Cómo están los niños?

Garabatos sobre una foto de Republic para Corepla.It

Era un día normal como otro cualquiera, después de la ducha rápida, del tipo tengo que ir a currar ni modo, hacía sol para variar, ya que el temporal de frío remite, curiosa palabra para un temporal "remite", pues eso que se va sin sello de vuelta y sin dejar la tan añorada nieve, si es que no ganamos ni para nieve señores, en fin, eso un día normal como otro cualquiera, facturas en el buzón de casa, facturas escurridas bajo la persiana de la tienda, enciendo el ordenador, como siempre chequeo todos mis e-mails por encima de las tres cuentas, vale cuatro cuentas, borro los "junks", leo y memorizo en vano la última urban word of the day, organizo el resto a contestar, archivo los chistes de Serojo que es una machine (favor de pronunciar todas las letras, él lo haría igual), en esto de encontrar y bombardearte sin compasión con una media de quince al día, cinco si está en un día regular, vamos un día como otro cualquiera. Actualizo el programa, reviso el cambio de fechas, los recargos acumulados a cobrar, pienso qué haré este fin de semana, lo descarto porque en realidad no sé ni lo que cenaré hoy, y eso es más urgente, pienso que hace mucho que no veo a Emmanuelle (en serio se llama así), mentira hace sólo cuatro días, entra un socio en el videoclub que me obliga a pensar en una pregunta rápida y agradable,

- Hola socio nº0093 (no es ético revelar la información confidencial de los socios, léase los artículos sobre la privacidad de datos que deben tener tanto la legislación española, así como todas las empresas que se dedican a los indiscriminados mailings), - tengo que ser rápida y agradable, como si me importara, que me importa económicamente hablando, su visita, - hace tiempo que no te veía, - interésate por él, que se note que no es sólo el socio nº0093. - ¿Cómo están los niños?

Un brillo extraño cruza la mirada del socio nº0093, sus ojos de un azul vidrioso se tornan grises, su boca se entreabre y se vislumbran sinuosos sus dientes superiores y su lengua sibelina, en lo que parece un ejercicio imposible sin tragar saliva, sin apenas respirar, no para de articular palabra, le explica a klept0, cómo su mujer se ha ido a Málaga, y se ha llevado con ella a las dos criaturas, cómo se ha ido sin firmar antes los papeles del divorcio, cómo se ha ido dejándolo así en una situación rara de casado, padre sin hijos y viviendo en pecado con su nueva compañera, que claro ella también tiene derecho a legalizar su situación y a empezar de cero, cómo se ha ido así, dejándole sin derecho a poder solicitar horarios de visita o de custodia compartida, claro no están divorciados, sólo separados en el sentido estricto. Aquí hace una pausa, qué digo, la única pausa, sus ojos vuelven a ser azules y vidriosos, para preguntarle a klept0, - ¿qué peli de suspense me recomiendas?, a mi nueva compañera le gusta el suspense.

Klept0 parpadea, asimilando el chafarrancho de combate, ya no piensa, ni siquiera piensa en bromear por lo que pueda entender la nueva compañera del socio nº0093 por suspense, consciente de que le han pillado desprevenida, titubea, - pues así de repente, no sé, suspense a ver...

¿Tienes Training Day? - Pregunta decidido, el socio nº0093.

Sí, seguro que le encanta. - Contesta veloz klept0, la táctica del espejo nunca falla, mientras despacha al socio nº0093, quien amenaza con quedarse un ratito más comentando algo absurdo sobre la estufa eléctrica que tiene klept0 justo a un lateral del mostrador, del tipo "creo que están a 2x1 en la tienda de electrodomésticos".



Dos minutos más tarde klept0, reflexiona, de vez en cuando hay que hacerlo, su mente rebobina... brbrbrbrbrbbrrrrrrrr... qué dije para que me soltara todo este... llamémosle rollo, y de repente cae, ¡ah sí!, como ahora lo anota todo, o casi todo, ahora lleva libretitas a todas partes, coge la que tiene más a mano y escribe: "Nunca preguntar, ¿cómo están los niños?, si quieren ya hablarán ellos, de eso u otros tipos de parásitos".



Objetivo: Era un día normal como otro cualquiera.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 3:07 (Encima os quejareis, a mí me robó más de media hora).

|

© 2005-13