<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15196203\x26blogName\x3dklept%C3%98\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://klept0.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://klept0.blogspot.com/\x26vt\x3d70975121274733012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

martes, septiembre 28, 2010

10:25 p. m. - ¿Hasta dónde quieres saber?


Banda sonora recomendada: What's wrong with me?

Verás, no te expliqué que aparte de ilustrador, le gustaba el basket, tenía (tiene, maravillas del fakebook, ¡Diooos que parece de plástico!) un cuerpo de escándalo, y en aquél entonces era menor de edad. El insomnio se apoderó de mí, porque para poder llegar hasta él, flirteé con su padre y me camelé a su hermana. Fué sórdido disfrutarlo, pero me costó muchas horas de sueño digerirlo.

¿Por qué? ¿Por qué juega la gente a la ruleta rusa? ¿Por qué acaba dejando pistas el asesino más implacable?


De alguna manera, quieres que todo reviente, pero te entretienes, pensando que al final podrás controlarlo, que en el fondo todo depende de tí, por ser el causante en busca de efectos... afectos. Pero en realidad, estás esperando una respuesta blanca o negra, sabes que no existen que abundan los grises, pero te niegas a aceptarlo, lo que te lleva a construír "la nada futura" a tu alrededor, utilizando la confusión como cemento.


¿Por qué? Odio que me lo preguntes y de paso que quieras saber en qué estoy pensando. Porque en su día pasé de los niños "bien" que me rodeaban, en el cole, en la uni. Buscaba chicos normales con ambiciones normales, que quisieran viajar al fin del mundo, y no tuvieran miedo de abandonar su mundo si para ello hiciera falta. Ahora me recuerdas a todos esos de los que pasé, pero que ahora entiendo y acepto como etapas a superar, como si de asignaturas pendientes se tratara.


Seguramente sigo sin responder de una manera absoluta a tu pregunta. Hoy que he quedado contigo y no te espero. Puedo escribir mil relatos y no acabar de encontrar las palabras adecuadas o las que quieres escuchar. Tal vez todo sea tan fácil como decir, Dios los cría y ellos se juntan, te acercaste, tanteaste, me puse a tiro, y los dos sabíamos a lo que estábamos jugando. Kevin Bacon, hace un papelón en esa peli, donde su personaje como espectador lejano, reconoce y advierte desde la observación las reglas del juego, porque él ya las ha jugado.


Sigo sin contestarte, porque me reconozco inútil en mi esfuerzo por encontrar las palabras que justifiquen mi conducta, lo nuestro, o lo que haya sido ésto. Porque sigues esperando respuestas en blanco y negro, sin querer apreciar la paleta de grises. Palabras que luego serán sólo eso, palabras rebozando recuerdos, distorsionadas por el tiempo.



Objetivos:
Tengo miedo a recordarte en sueños, y sin darme cuenta pronunciar tu nombre hablando dormida, soñando que estoy despierta y que estás a mi lado.
Tiempo robado si has leído hasta aquí:
Lo que dura el insomnio.

|

© 2005-13