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kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

martes, septiembre 26, 2006

8:20 p. m. - La meva Mercè.

Foto: Original de Gerard Girbes, clicka en ella para ver su trabajo.


Llevo casi todo lo que va de año intentando quedar con la Mercè.
Alguien me comentaba hace unos días que el cuerpo tiene memoria y donde ha sido feliz, quiere volver. Cierto es que los recuerdos que evoca en mí, son de complicidad y buenos momentos compartidos, nos conocimos a través de una persona que luego ha representado una época sin futuro en su vida. La suya que no la mía, porque yo aunque intente omitirla a diario, sé que estoy vinculada a esa persona, esa que nos presentó, esa que en ella no evoca sus mejores momentos, y de la que soy parte accesoria.

El hecho de que nos hagamos mayores implica que con la repetición de nuestros vicios, llegamos a conocernos, aún no queriendo ni pretendiendo hacerlo, por ello hasta hace muy poquito entendí porque para mí la Mercè, representa algo más que dos veranos juntas, algo más que un bolso hecho a retales en color lila, algo más que una hoja arrancada de una libreta de espiral con cuatro líneas escritas por mí, para no olvidar que una vez alguien me prestó un libro*, y sus letras evocaron en mí, eso de lo que nunca hablo y a veces me tortura:


“Me quedé dormido y me transformé en mi madre. Es un sueño que, camuflado bajo argumentos diferentes, tengo desde niño, desde que probé por primera vez el ardiente deseo de meterme en su cuerpo y en sus sentidos, de saber si me quería o no, de entender lo que piensa una mujer cuando se arregla ante el espejo, cuando está acostada pero no duerme, cuando se impacienta al verte entrar porque estaba esperando a alguien que no eras tú, cuando te mira y es evidente que no te está viendo; quería encontrar el lugar de su cuerpo donde se acusaba la temperatura de sus desasosiegos, necesitaba saber con quién soñaba o con qué.
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La intuición del más allá, plus ultra.
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El abuelo y yo habíamos hablado muchas veces de lo inteligentes que son los animales, mucho más que nosotros en algunos aspectos. Me había hecho el fijarme en cómo acostumbran a sus crías a buscarse la vida por sí mismas apenas se desprenden físicamente de ellas; en fin, que las dejan caer... Hala, a volar, yo te he dado la vida, ¿no?, pues ahora ahí tienes el mundo para recorrerlo y hasta para equivocarte de camino, la aventura corre de tu cuenta. Desde niña me había puesto en guardia el abuelo no sólo contra el excesivo apego a las cosas sino también a las personas. Los seres humanos se estorban unos a otros al entrelazarse, decía, igual que los árboles, cuando crecen demasiado juntos, no dejan pasar la luz a su través. Pueden llegar a asfixiarse, hija, de tanto quererse, lo mismo que te esclavizan las cosas cuando te tomas demasiado en serio el papel de propietario.”

*La Reina de las Nieves. De Carmen Martín Gaite.


Este fin de semana han sido las fiestas de la Mercè en Barcelona, y no he podido evitar recordar a la meva Mercè y tropezar con la hoja de libreta de espiral.


Objetivos: Aún siendo yo mujer no he conseguido encontrar el lugar donde se acusa la temperatura de mis desasosiegos, y sin haber tenido nunca charlas sobre animales con mi abuelo, me niego a reconocer la asfixia.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 2:39

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jueves, septiembre 21, 2006

6:34 p. m. - Semilla


“Los que sueñan con los ojos abiertos son peligrosos... no saben distinguir cuándo acaba el sueño.” Corto Maltese.

Foto: Clicka en ella para saber más sobre Corto.






Y si... no sólo sueñas, sino que hablas y de repente, tus palabras encuentran eco, y ese eco viene en busca del origen de tus palabras, porque cree en tu sueño.
Cuando estás convencida de que las palabras no construyen, son yermas, llega el día en que se convierten en semilla, sientes vértigo... de qué... de futuro.




Objetivos: Hoy es un buen día para soñar aunque sea con los ojos abiertos.

Tiempo (soñado) si has leído hasta aquí: 0:34


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domingo, septiembre 17, 2006

7:45 p. m. - TA

Foto: Clicka en ella para saber lo que tienes en común con un kiwi...

Su nombre tiene el mismo número de sílabas que el mío, de hecho compartimos la última sílaba, uno, dos... ta.

Mientras otros se preocupaban por su memoria histórica, en las heridas abiertas que durante escasas generaciones, curiosamente tres, uno, dos, ella, se han transmitido. En lo audaz de la relación que tiene a raíz de ello su prima... yo me preguntaba, intentando no hacer broma fácil sobre su nombre que recuerda a snack mexicano, cuál sería su diminutivo, porque yo odio mi nombre y utilizo el diminutivo.

Pasó la noche, y el lambrusco, llegaron las risas y el postre, los regalos “pongo” (¿dónde lo pongo?... tiro o regalo), y ella nos habló de lo exótico, caro y prohibitivo que puede ser un kiwi y de repente me olvidé de las sílabas y me centré en las pepitas negras alrededor de un núcleo blanco, todo ello coronado en verde, no pistacho sino kiwi, nada de amarillo piña que es lo último y para mi bizarro. Tanto es así, que hasta me pareció enternecedor que sólo comiera la fruta y dejara la base de galleta y el colchón de crema.

Y de repente flotó la pregunta en el aire de boca de otro, y ella contestó gustosa y explicó sus diminutivos, porque todos tenemos varios, cómo nos llaman en el trabajo o en el cole, cómo nos llaman en casa, cómo nos llaman nuestros amigos que nos conocen desde hace tiempo, cómo nos gusta que nos susurren en la oreja dejando la sensación cálida de vapor de un aliento deseoso, y el cariñoso, que es el que nos gusta y el que realmente nos llena. Pero éste último resultó ser igual de largo que su nombre, la tristeza me invadió, y todavía no sé explicar por qué.

Seguimos hablando de nuestras heridas heredadas de generaciones de anteayer, pensé en las mías, y si yo tenía algo que dar en herencia, entendiendo por herencia algo que trasnmitir, sólo estoy segura de que no será una ta, el resto... el resto todavía duele, y no sé explicar por qué.

Objetivos: Tatarear.
Tiempo robado si has (tatareado) hasta aquí: 1:59

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miércoles, septiembre 13, 2006

7:59 p. m. - Ses imatges de sa illa.



Foto: Cala Galdana, Menorca. Efecto ojo de pez+avispa realizado manualmente (sin photo impacts de por medio), con un objetivo de plástico montado en una imitación de cartón de una Hasselblad, que girando rápidamente hace el efecto caleidoscopio de lo que tengas enfrente. En letra pequeña en la parte posterior de la Hasselblad, pone que no es apto para menores de tres años, a quien le pueda interesar.

Objetivos: Finalmente he podido definir la palabra silencio, soy la fuente de todo ruido existente.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Menos del que realmente quisieras, anhelas...

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jueves, septiembre 07, 2006

7:57 p. m. - Seamos bocas...

Foto: Cuadro de Juan Carlos Palafox. Clicka en la foto para ir a la web.




Pocas veces como hoy empezaré contando una verdad: mañana marcho a Menorca unos días...

Y bien diréis, “a mi qué”, con total y absoluta razón, pero lo que aquí vengo a contar no es el hecho en sí, sino los acontecimientos previos a mi partida, que han evocado a Edrioh, sólo soy consciente de su existencia cuando me ponen a prueba, cuando estoy en el limbo de lo correcto y lo incorrecto, entonces ella aparece y me susurra, comparte secretos y risas sonoras de repente para todo el mundo que me rodea, digo las risas, porque soy consciente de ser una privilegiada... su voz sólo la escucho yo.

Todo empezó el lunes cuando... revisando mi cartera en busca de la T-10 (bono de 10 viajes en metro válidos por la ciudad condal), veo que la tengo agotada y que tengo que comprar otra, y entonces tropiezo con algo que veo casi a diario, pero que nunca llama mi atención por cotidiano, mi D.N.I. (documento nacional de identidad), y recuerdo como si fuera un fogonazo de luz en mi cerebro, que lo tengo caducado, lo saco tímidamente del tarjetero, leo la fecha y... efectivamente caducado desde hace un año (vaaale... no he tenido tiempo...), la desazón me invade, porque para ir a Menorca que total es una isla dentro del territorio nacional tengo que pasar una aduana insignificante ya que voy en barco y si, la persona en cuestión se pone borde, puede ser que yo no vea el barco, rápidamente busco mi pasaporte, entendiendo por rápido tres horas de búsqueda exhaustiva, cuando finalmente lo tengo en mi poder, leo la fecha... caducado, también hace un año, y recuerdo que la última vez renové ambos documentos a la vez, con lo que sólo me quedaba algo por hacer... dirigirme a la jefatura de policía más próxima para renovar ambos documentos.

Estaba pues con mi pasaporte en la mano, miro el reloj de la sala, la 13:30, si no recordaba mal debían haber unos quince minutos caminando hasta la jefatura de al lado de casa (ventajas de vivir en territorio apache, tienes una siempre cerca...), me pongo en marcha a paso ligero, no comentaremos el calor de la hostia que ha hecho esta semana, como para darte un paseito a pleno sol del mediodía, bien llego a la puerta de la jefatura y veo que cierran a las 14:00, saco el móvil del bolso y leo la hora, marca menos diez, otra chica llega detrás de mí y esperamos con ansia a que alguien nos abra la puerta, porque está cerrada con llave, un policía desde el interior se acerca y las dos hacemos cara de perro esperando premio, abre la puerta y nos pregunta,

- ¿Venís a recoger?

- Sí, el D.N.I. – Contesta presurosa la chica que tenía al lado y acto seguido la deja entrar.

- ¿Aquí renuevan el pasaporte? – Pregunto yo como toda respuesta ante su mirada de pez, quiero decir de ojos azul grisáceo sin luz, creo que los ojos deberían llevar algún tipo de indicador interno como las baterías con su led intermitente, cuando se están quedando sin energía, ¿no?


- Sí, pero sólo para españoles. – Me dice ojos de pez en tono contundente.


Edrioh ha aparecido para sujetarme suave pero fírmemente por los hombros, la oigo reír de manera burlona, y eso provoca que yo también me ría, me quito las gafas de sol y le miro directamente a los ojos, para decirle a ojos de pez con una de mis mejores sonrisas que,


- He nacido aquí aunque vaya de camuflaje... – Edrioh me canta y me hace cosquillas en el lóbulo de la oreja, su voz se me hace carrasposa y sexy como la de Najwa, ella sabe que en realidad la domesticada charnegra que en mi habita quiere,

cogerle por su asquerosa solapa y gritarle que así claro que Grissom sólo existe en Las Vegas, porque ÉL no presupone ante la evidencia, porque ÉL no emite opiniones sin tener pateras a la vista, y ante todo considera a todo el mundo inteligente, porque en qué cabeza cabe señores, que si evidentemente la que aquí suscribe fuera una no nacional con pasaporte caducado, para que iría por su propio pie hasta la jefatura más cercana a preguntar por la renovación de su documentación, y por ende estancia ilegal... pues esa posibilidad era la que barajaba ojos de pez, y daba por categórica.

Ojos de pez, titubea, asimila la información con la pesadez funcionarial que le permite estar ahora a menos cinco minutos de su hora de comida y me dice,

- Pues ven mañana tempranito que damos pocos números para renovar pasaportes.

- ¿A partir de qué hora? – Pregunto con la misma sonrisa, mentalmente le estoy insultando y me quedo a gusto.

- A partir de las nueve.



Lo que pasó el resto del día es del todo improcedente y para nada vinculante en lo que a la historia se refiere, así que pasaremos al martes a las 10:30 de la mañana, hora en la que llegué finalmente a la jefatura después de, recorrer dos paradas de metro en busca de una máquina dichosa de fotos tras comprobar que la más próxima estaba estropeada, la puerta que ayer estaba cerrada hoy está abierta de par en par, veo un trasto que emite números como en el supermercado colgado en una columna cojo el mío y me siento a esperar, me conecto el mp3 y me aíslo auditivamente, veo niños corriendo, viejos con bastón, gente que no puede esperar sentada y hacen raya caminando de punta a punta la estancia, ansiosos fumando el pitillo afuera y con un ojo dentro. Van atendiendo al número diecisiete y yo tengo el veintisiete, así que hasta una hora más tarde no aparece mi número en puntitos rojos en la pantalla, me levanto aliviada de que sólo haya sido una hora y sólo llegar al mostrador le digo a la funcionaria,

- Vengo a renovar el D.N.I. y el pasaporte.

- ¿Has cogido número para el pasaporte? – Me pregunta ella diligente.

- ¿Cómo no es el mismo para ambas cosas? – Pregunto en un hilo de voz, sospechando cuál va a ser la respuesta.

- No... espera que pregunto si quedan. – Se gira y grita a pulmón hasta el otro extremo de la estancia donde se encuentra... ¿adivináis quién?... ojos de pez, - ¿te quedan números para pasaporte?

Ojos de pez me mira, me reconoce y mirando a la funcionaria que me atiende, le contesta, – no, los he dado todos. – Nunca sabremos la veracidad de su respuesta, pero tampoco es importante.


Bajo la cabeza estoy a punto de darme por vencida por el sistema cuando Edrioh reaparece, da saltitos cortos a mi alrededor mientras me recita los consejos que le dió un hombre sabio entre sabios, no sólo por los años de vida sino por sus acciones y su sencillez, yo intento espantarla y decirle que no es el momento, pero ella eleva el tono de voz y entonces es él, quien me habla a través de ella:

"No has de sentir rabia, ni estando disgustada, decepcionada u ofendida, porque todos somos hermanos. Perdemos mucho tiempo pensando quiénes somos, si nos preocupáramos más por ayudar a los demás, en la familia o en el trabajo, el mundo cambiaría.
Seamos orejas y bocas, seamos un medio de comunicación, comuniquemos esperanza."

Edrioh ha recuperado su voz y ahora me susurra, una y otra vez: ayudar, ayuda, ella ayuda...


Levanto la cabeza y le explico a la funcionaria, que acabo de descubrir tiene nombre a mar, que el viernes salgo de viaje y que si no hay alguna manera en la que ella me pueda ayudar, ya que es la segunda vez que vengo y llevo todo lo necesario para la renovación de ambos documentos.

Ella abre los ojos, he conectado con ella y me dice bajando el tono de voz, – ahora te renuevo el D.N.I., luego te sientas ahí en la esquina con discreción y cuando hayan pasado todos los que lleven números, yo misma te atenderé y veremos qué se puede hacer...

- Muchas gracias... – Le contesto incrédula.


Una hora y media más tarde ya tenía ambos documentos renovados, Edrioh desapareció como hace siempre sin despedirse, pero eso no es realmente importante.





Objetivos: Seamos orejas y bocas.
Edrioh es un nombre sugerido por Schere a raíz de leerlo en una comprobación de palabra al dejarme uno de sus mensajes, gracias.

Tiempo robado si has leído hasta aquí: ¡Edrioh, vuelve aquí! ¿Te importa devolverme el cronómetro? ¡Edrioh, que no estoy jugando!

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