Mi mirada recorre los estantes de las tiendas especializadas para detenerse justo cuando la imagen y el título me dicen algo, me atrae visualmente el diseño, por creativo, por simple, luego hago eso que exaspera a los escritores de pro y es que abro el libro y lo despliego como si sus páginas fueran cartas de una baraja en las diestras manos de un ilusionista callejero, y dejo que las palabras se amontonen como números en una máquina de Jackpot, las pestañas parpadean al encontrar la palabra golosa, leo un par de líneas (¡nunca las del final!), vuelvo a cerrar el libro, leo el resumen que suele aparecer en la contraportada y la minibio que suelen imprimir en las solapillas interiores que recubren la portada, me fijo en la foto y me gusta analizar la postura, el entorno, los complementos que visten al autor para hacerme una idea del tipo de persona que refleja, para descubrir que no tiene por qué ser igual o complementaria con la que nos hacemos cuando les oímos hablar en una entrevista sobre sí mismos y sus obras.
¿Dónde lees?
Tengo muy poco espacio dedicado a mis libros, y menos tiempo para ordenarlos, dispongo de una serie de estanterías que recubren un par de paredes desde el suelo hasta el techo, y la única regla que rige su colocación es la temática y el tamaño del libro, así pues están dispuestos por contenido y luego colocados por tamaño, caben o no caben, cuando no caben los acuesto y los apilo sin mayor miramientos, sobretodo esto último lo suelo hacer sobre las mesitas de la sala, del dormitorio cuando realmente tengo la intención de leerlos con el fin de tropezarme con ellos, porque no todos los libros que tengo en casa los he leído o los leídos, albergan intención alguna de seducirme por segunda vez, pero ocupan su sitio por el simple placer de la posesión actual, por consulta futura, porque me divierte leer el título y esbozar una sonrisa con el recuerdo de sus letras. Tengo que decir que a diferencia de otras de mis pertenencias suelo desprenderme de ellos con facilidad, los regalo, o realizo donaciones cada equis tiempo, con lo que no me apremia el espacio físico que ocupan.
Ahora que he contestado a lo que no me has preguntado, estimado Zórpilo, te diré quiénes me han seducido y por qué, me temo ser nada original y del mogollón:
EDGAR ALLAN POE: La máscara de la muerte roja, El escarabajo de oro, El pozo y el péndulo, fueron de las primeras obras que leí sobre él. Nadie como él para desgarrarte con la realidad inventada y la crueldad humana, porque aunque muchos lo nieguen se disfruta con el dolor ajeno y con el provocado. Me encantaba leer sus libros en el balcón donde colocaba una mecedora de piel curtida y madera oscurecida a la que le faltaban los brazos que apenas cabía de lado, y a la que me gustaba dejar en peligroso equilibrio cuando mis once impresionables inviernos quedaban embebidos en la locura del abismo, todo ello al son de los pajarillos traviesos siempre vigilantes desde el altivo palo de mango al otro lado del patio.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ: Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y Hojarasca, han sido tres de sus obras que más me han encandilado de su realismo mágico, como a la mitad del planeta, porque sólo así se pueden denunciar alto y clarito las injusticias de tantos Macondos por ahí desperdigados... el primero que leí de sus libros llenó mis calurosas tardes de verano cuando apenas contaba unos trece inviernos.
WILLIAM GIBSON: Neuromante, Conde Cero. Dos obras geniales donde el padre del prefijo ciber, nos adentra en la matrix, en las drogas de diseño y sus variantes en forma de parches hexagonales, en un mundo donde lo virtual y lo simulado devora al real. Ahora parece de lo más chirriante pero yo los leí en el ’93 antes de ser una aficionada aventajada del google y de la brillante interpretación de Keanu Reeve en la archiconocida trilogía, así que no fue fácil hacerlo, pero tremendamente apasionante, casi veinte años después de que él los escribiera.
Por temática:
ARTES DECORATIVAS: Me pierden literalmente los libros sobre decoración, manualidades y las miniaturas a escala 1:12, desde cómo decorar una habitación, un loft, un baño; a cómo fabricar bisutería, muñecas de trapo, ositos, bordado, patchwork, y un largo etcétera de futuros proyectos.
Por sensaciones:
Para desear dibujar: El libro de los seres imaginarios por Jorge Luis Borges, una guía estupenda que sirve para recordar y motivar el encuentro literario con todo tipo de criaturas fantásticas, donde se puede conocer a un Grifo de toda la vida y saber diferenciarlo feacientemente del objeto del mismo nombre que reina en los fregaderos.
Para añorar: Narraciones Panameñas recopiladas por Berta María Cabezas, tantas mañanas en clases de literatura dispersas pero cubiertas de tradiciones y creencias populares, porque bueno es culantro pero no tanto.
Para descubrir: A la Latinoamérica Fantástica en la selección de Augusto Uribe, aquí leí por primera vez y mucho antes de que los publicistas se hicieran eco de ello, que las vacas vuelan.
Pero no me hagas mucho caso Zórpilo, mi memoria me traiciona a voluntad y puede que por omisión directa no te confiese ni mucho menos aquellos libros que me subyugaron y atesoro aunque sea por un par de certeras líneas, entenderás que así sea porque con los libros igual que con cualquier otro objeto que uno escoge por afinidad la identificación personal es... un juego de niños por evidente.
Objetivos: Este post es el producto de un meme, si alguien de los que me lee quiere por activa participar que no deje de hacérmelo saber, quede pues su continuidad a vuestro libre albedrío.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: El reloj de arena ha girado más veces que un trompo, así que hoy queda el tiempo también a vuestra disposición.
Remo confesó...
Cada vez que voy conocièndote me sorprendes màs.
¡Caramba Allan Poe!
Saludos sorprendidos.
El Zòrpilo.
confesó...
La lejanía me favorece estimado Zórpilo, por lo que insisto que soy de lo más común e influenciable por la época en la que vivimos, como anécdota comentarte que incluso antes de leerme La Máscara de la Muerte Roja, ví la peli homónima que interpretó el maestro Vincent Price, eso era cine de pantalla gigante y domingos por la tarde... Ö_Ö
Mike confesó...
Vamp sista: Como es posible que se te facilite desprenderte de un libro??!! si los mios somo como lo que es para Gollum su "Precioso"... Edgar Allan Poe!!! que quieres que te diga??... Siendo franco estos ejercicios me dan una hueva mortal, pero siempre, siempre, logras captar mi atencion y despertar mi curiosidad (o mi morbo)
Abrazo de oso querida ladrona...
confesó...
Pues muy sencillo Mike, prueba a mudarte unas ocho veces en doce años y no hay otra, es justo desde hace relativamente poco, que tiendo a acumular, en los útimos ocho años apenas me he mudado dos veces... ^_´
"¬"
wisheast confesó...
Doy fe de el caotico orden de klept0 y de su aficion por las manualidades especialmente, no me sorprende lo de Poe, ese contraste te va ya que tu eres un contraste en toda regla y ademas juego con ventaja te tengo mas que vista.
confesó...
SSShhhhhh... que me tiras al traste la ciberimagen... jajajajajajaja. Mira sé de un espacio que quedará más que caótico el próximo viernes. ^.^
Ö_Ö