Así de emocional se me presenta éste año, empezaré con un funeral que bien podría ser doble, y acabaré con una boda. Entre medio tengo un montón de meses que se me antojan anodinos y aletargados, como remedio a ésta sensación personal pero del todo transferible, he seguido un ritual por medio del cual he diseñado cada uno de los cuadritos del año, para imprimirlos después en unas hojas amarillentas de bordes dorados restos de un ex-diario con candado perteneciente a la portadora de mi ADN, quien con rubor dudaría sobre su procedencia, luego y con el fin de no perderlas las he juntado con nueve anillas como círculos tiene el "inferno" divino.
Una vez impreso y anillado, en mi mano he sopesado el tiempo por venir, cuando me he dado cuenta de que ya se habían consumido siete días sin que haya anotado nada de gran relevancia en ella, ni decorado con lunas plateadas totalmente artesanales y caseras gracias a los prodigios de una perforadora de papel sobre pegatinas, ni subrayado con rotuladores en rosa y malva para resaltar y pillar desprevenida a mi memoria traviesa.
Tenía reunidos frente a mí las lunas de plata, los rotuladores y a la moldeadora de esquinas, mi adquisición más reciente, pero fui incapaz de encontrar la mejor manera de remarcar lo especial que fue ayer, pocas veces se baja al infierno con alguien a quien admiras como guía, para ver a través de sus ojos el dolor del purgatorio, pocas veces como ayer he podido olvidarme de mí misma y de mis supuestos problemas para danzar entre el fuego del averno que es frío y no caliente como se empeñan todos, eso explica que se pueda estar vagando eternamente y entretenerse uno en llegar hasta el noveno círculo, como buen guía me dejó degustar la sangre vomitada de sus entrañas, el olor fétido del hígado disfuncional, para luego dejarme a la deriva conectada con tres tubos eso sí, no fuera que me perdiera, donde los optimistas creyeron ver horchata, vino tinto y algo parecido al agua, aprovechándose de lo atada que estaba a los tubos, se me acercó un mimo, de amplia sonrisa y dientes pequeños que no llamaron mi atención más de lo que lo hicieron sus pecas, ¿un mimo con pecas?, también se me acercó la elegante galesa de ojos verdes, saltarina e inquieta y tras ella la esquimal de botas naranjas y pasos pequeños, todos ellos formaban piezas del rompecabezas que creí equivocadamente tener completo, como si fuera a cambiar el hecho de conocer el todo, en lugar de conocer las piezas sueltas. Él volvió como había prometido a desconectarme y a dar por terminada la visita guiada, pero su pelo había desaparecido y sus orejas eran puntiagudas, ¿o tal vez siempre lo habían sido?, no pude reprimirme y decirle que ese look Nosferatu no me ponía nada, pero por si acaso tampoco estaba dispuesta a ofrecerle mi cuello, él sonrío y me devolvió de una bofetada al principio de los anillos, tonta de mi le hice la pregunta más vulgar y mortal que se puede hacer...
- ¿Duele?
No respondió como es normal, casi que tampoco esperaba que lo hiciera, vi cómo se alejaba para seguir bajando los anillos, con paso lento porque hasta el día nueve no completará los círculos, al girar pude ver la contaminación cubriendo el horizonte que impedía ver el mar y al espléndido sol calentando en invierno, la galesa, el mimo y la esquimal, también miran hacia el horizonte encapotado, pero es la galesa quien al final se decide a romper el silencio,
- Siempre recordaré ésta vista.
Asentimos en silencio, sabemos que todavía falta ella por subir, aquella que nos llamó con su voz con resonancias de nácar, sabemos que a ella sí que le dolerá subir. No nos despedimos porque no veníamos a conocer a nadie, en realidad veníamos a encontrarnos con nosotros mismos y hemos vuelto para explicarlo y compartir, sólo con los más allegados, nuestra particular lección de vida.
Objetivos: ¡Vive el momento!, mañana siempre es demasiado tarde. ¿Y esto cómo lo resalto, con las lunas y los rotuladores todo junto?, casi que lo dejo en blanco con la misma importancia que tienen el resto de los días.
Tiempo (arañado) si has leído hasta aquí: Una transfusión de sangre. ¡Hazte donante!, regala vida.
wisheast confesó...
Es increible lo que el ser humano es capaz de soportar, que Dios no nos envie todo lo que somos capaces de aguantar.
un beso sentido,
confesó...
Solamente tú podías escribir sobre este tema como lo has hecho. Ojalá no le doliera.
(Palabra de verificación: smenita)
Redmond Barry confesó...
Este post me ha recordado muchas cosas, muchas, tantas que no puedo ponerlas aquí. Simplemente diré que recordé el cuidado con el mis tres hermanas guardaban sus cositas y sus recuerdos, frente a mi desorden y brutalidad de macho único. Siempre las envidié, sus cositas en sus cajitas y sus diarios, como ahora te envidio a ti con tus rotuladores y todos esos pensamientos tan aparentemente desordenados, pero con un fin tan rotundo y claro.
ka! confesó...
Sabes amiga?..me haz llevado de lo escatológico a lo vivido en los últimos días allá en mi casa..
...las cosas no han mejorado sabes?...y pues...por más vida que "hemos robado"..al parecer Dios planea llevarse a alguien a su lado..
...hemos vuelto..con webos amiga mía...mando un gran becho!..vanilla! cómo no señora!
Clementine confesó...
Bocabadada m'has deixat... (no encontraba una palabra mejor para describirlo)
Remo confesó...
Al leer el título de inmediato recordé aquella película inglesa llamada “Cuatro bodas y un funeral”, sin embargo, bien distinta fue la trama de tu texto.
Los círculos del dantesco infierno hicieron que me acordara de muchas cosas: me encantaría, juro que sí, el ser donante, pero hay un grave inconveniente: hace tiempo contraje Hepatitis B y en estas condiciones donar sería casi un crimen.
Saludos sangrantes.
El Zórpilo.
confesó...
Gracias a todos por comentar, un buen amigo se fue ayer día nueve y me regaló el mejor de mis cumpleaños en mucho tiempo, el pasado domingo, con facilidad olvidamos lo afortunados que somos por tener salud.
En momentos así siempre recuerdo una frase de Janis Joplin que leí en su biografía A piece of my heart: "Para qué llorar por los otros 364 días, si uno fue mío".
Aunque la que me arrancó una carcajada fue la que me dijo alguien ayer en la tienda: "La vida es una barca, como dijo Calderón de la Mierda".
¡Seguiremos flotando! Ö_Ö
Mike confesó...
Anillos infernales... fluido de sangre, gota tras gota... la alucinacion del desangrado..
confesó...
Yo no lo hubiera resumido mejor Mike... ^_´