I
La Parte Contratada
- Aquí te traigo el contrato del expediente 06/363, ha sido cumplido satisfactoriamente, hemos tenido que recurrir a la segunda fase, pero el resultado ha sido impecable.
- Perfecto... ¿fotos?
- Tenemos algo mejor, un transeúnte lo ha grabado todo con su móvil y ha colgado el video en internet.
- ¡Dios bendiga esos trastos... y a sus usuarios! Será nuestra mejor campaña de marketing para el año que viene, la competencia con los japoneses es cada vez más dura, esos cabrones asiáticos, hay que reconocer que se lo curran que si películas de terror, y luego que sea más barato con el rollo colectivo...
- Bueno pero eso nos diferencia, nosotros estamos dando un servicio personalizado y casi mítico, diría yo... aparte que tiene ese toque nostálgico, “La Fiesta”, nada que ver con esos encuentros clandestinos en coches aparcados a un lateral de la carretera.
- Sí es ordinario, pero funciona y al ser más barato, tiene un alcance de público al que nosotros de momento no llegamos... de momento, ¿tienes a mano el link del video?
- Pensaba que no me lo ibas a pedir.
Los dos hombres se colocan frente al cristal donde tienen impreso el logo, con el slogan de la empresa: “El pañuelo lo ponemos nosotros”. En cuestión de minutos un haz de luz cruza la estancia por encima de sus cabezas, proyectando el video sobre la superficie del cristal que hace las veces de monitor de última generación, al finalizar un contador gratuito dice que ya llevan más de un millón de descargas en dos días, uno de ellos se dirige al minibar camuflado como mueble auxiliar de oficina saca un par de cervezas y brindan por el éxito seguro, que les generará la infelicidad ajena.
II
La Mejor Amiga
Iban a ser las mejores vacaciones que se pegaban en mucho tiempo juntas, sin novios, sin prisas, ¡sin novios!, y sabía que no las olvidaría, pero lo que no sabía entonces es que volvería sola.
Durante meses se torturó con la idea de que podía haberlo evitado, incluso sospechaba que no tenía que haber ido al lavabo en el hospital, pero eso prefería no comentarlo, todos estaban muy preocupados de que no estuviera muy afectada por lo que había vivido. Recordaba todas las conversaciones que habían tenido los días antes... y siempre acababa recordando esa palabra, la que hizo que se rieran juntas y cómplices por última vez: zurullo.
- Imagínate una horquilla de pelo pero gigante, ¿vale?
- ¡Vale!
- Y ahora imagínate un montón de abalorios en lo que sería la curva, así todos juntitos, como si fuera un zurullo.
- ¡Un zurullo!, pero cómo se te ocurre.
- Que sí tía como si fuera un montoncito de colores, y me digo qué mono y me dirijo a la caja con un par, uno para ti y otro para mi, cuando la dependienta me dice que son 21 € cada uno, ¿te lo puedes creer?, se los dejé ahí mismo, por mucho Corte Inglés que sea, 21 €...
- ¡Son 21 €! – Exclaman ambas al unísono, y estallan en una carcajada.
- ¿Quieres un poco de té helado? No te fijes en la botella, lo he preparado yo misma con esos polvos que venden en plan instantáneo.
- Sí ya se cuáles son esos que parecen unos zurullitos marrones.
Vuelven a reírse estrepitosamente, y ella le devuelve la mirada para decirle,
- Significa mucho para mí que estés aquí conmigo, ¿lo sabes?
- ¡Claro que lo sé, tonta! – Le dice mientras le pasa el brazo por el hombro. – Ahora colócate bien ese pañuelo tan chulo de seda que te has traído y, ¡a correr se ha dicho!
Ahora ahí de pie junto al ataúd, y en el atril con todas esas caras mirándole, no tenía tan claro que leer el pasaje de la Biblia que le habían marcado con una pestañita fuera lo más adecuado para recordarla, para recordar las risas, para intentar entender esta mierda de vida. Y en un arranque de espontaneidad, cierra la Biblia, y empieza diciendo,
- ¡Zurullo! – Los que tenían media cara escondida en un kleenex y los que estaban pensando qué hacían ahí, todos absolutamente le prestaban atención ahora, y prosiguió diciendo. - Esa fue la última palabra con la que nos descojonamos de la risa, y si yo hubiera sabido lo que pasaría después, hubiera mostrado más interés por los zurullos que habitaban en su vida, los zurullos que le preocupaban... y no hubiéramos hablado solamente sobre los que teníamos en las horquillas para el pelo o en el té helado. Pero nunca sabemos lo que pasará después, ¿verdad? – Y girándose hacia el ataúd, le dice con los ojos llorosos. – Te prometo prestarle más atención a los zurullos.
III
La Parte Contratante
- Pase y póngase cómoda. – Señalándole el sillón de estilo Corbussier tapizado en negro.
Ella se acomoda en el sillón, nota en su estómago las típicas mariposas de emoción, pero intenta disimularlo, se supone que tiene que dar imagen de deprimida, aunque no se esperaba pasar la criba.
- Entiende que una vez firmado el contrato, no hay marcha atrás de ningún tipo. El servicio que contrata es total y absolutamente personalizado, con lo cual desde el día uno está generando unos costes considerables.
- Sí, lo entiendo perfectamente.
- ¿Entiende también nuestra cláusula unilateral?, que especifica que si una vez prestado el servicio el resultado no fuera el esperado, nos veríamos obligados a ejecutar la segunda fase, es una manera de protegernos ante cambios de idea tardíos.
- No hay problema, de hecho eso ha sido lo que me ha decantado por vuestra empresa.
- Perfecto, pues firme aquí, y en las siguientes páginas donde pone firma, son cuatro en total, burocracia... ya sabe. Muy bien, ya sólo falta hacerle entrega de nuestro pack de bienvenida, incluye un pañuelo de seda rojo y un ejemplar de Fiesta de Ernest Hemingway, en su interior en la contratapa encontrará la palabra clave: Bocanegra. Así entenderá que ha llegado el momento. ¿Alguna duda?
- No, bueno de hecho sí, ¿puedo hacerle una pregunta?
- ¡Faltaría más!
- ¿Qué les hizo escogerme? Se que tienen listas de espera.
- Eh... definitivamente la sensibilidad de su tarjeta multimedia como único documento de estado de ánimo. Ahí es donde vemos la urgencia según la persona.
Una sonrisa de satisfacción ilumina su cara, le da las gracias y sale como en una nube del despacho, en el pasillo se cruza con lo que supone debe ser otro ejecutivo de la empresa.
- La he visto marchar es una pena... es guapa.
- No te vas a creer lo que me ha preguntado... que por qué la habíamos escogido, ¡joder por culpa de esos japos de mierda tengo que coger a cualquier pija descarriada!
- ¿Y tu qué le has dicho?
- Lo de siempre... que la tarjeta multimedia era buena.
- ¡Qué cabrón! ¿La tienes a mano?
- Sí, toma.
Introducen la tarjeta que es del mismo tamaño que una tarjeta de memoria de teléfono, en el lateral del portátil, un minuto más tarde se ha cargado en la pantalla de cristal, I dont’ want to talk about it de los EBTG.
"...
I don't wanna talk about it,
how you broke my heart
If stay here just a little bit longer
If I stay here won't you listen to my heart, oh how my heart
If I stand all alone will this shadow hide the colors of my heart
Blue for the tears, black for the night's fears
The stars in the sky don't mean nothing to you, they're a mirror
..."
- ¿Qué ha sido de esa época donde te escribían poesías arrogantes o te citaban a Billy Holyday?
IV
El Servicio
- ¡Claro que lo sé, tonta! – Le dice mientras le pasa el brazo por el hombro. – Ahora colócate bien ese pañuelo tan chulo de seda que te has traído y, ¡a correr se ha dicho!
En ese momento un tropel de mozos viene corriendo por en medio de la calle, por la vestimenta ya se diferencian a leguas los turistas de los corredores de toda la vida, y por la forma de hacerlo los que se han pasado toda la noche sin dormir y bebiendo, de los que respetan y esperan con ansia el ritual a las ocho de la mañana tras el chupinazo, ellas están cogidas de la mano esperando incorporarse al encierro, la idea es que en cuanto pase el primero de los toros se pondrán a correr por el lateral, para así sentir mejor la adrenalina del momento, siguen pasando más corredores, un chico pasa muy cerca de ellas y les grita: “¡Bocanegra!”.
Su amiga le suelta de la mano y ella se queda petrificada con la mano extendida como si pensara que ella volvería. Ve cómo el chico que les ha gritado se para y se coloca en medio de la calle y su amiga se coloca justo detrás de él, ambos sonríen y parecen jubilosos, el gentío tras las vallas está exultante pidiendo en voz alta al patrón, y cantando los otros. El toro que encabeza el encierro acaba de girar la esquina, viene aturdido su cornamenta se acaba de enganchar con la camisa de un turista inexperto que corría a su izquierda, logra zafárselo con una sacudida fuerte de su cabeza, ocasión que aprovecha el descamisado para encaramarse a la reja de una ventana, el toro tras sacudir la cabeza mira desorientado hacia el frente, clavando sus ojos en Bocanegra, que adelanta su pie derecho al frente con un deje de cadera insultante y con gesto retador, a un metro tras él sigue su amiga, el público se acelera y empieza a gritar, ¡recórtalo como tú sabes!
El toro se lanza directamente hacia ellos y cuando se encuentra a escaso medio metro, Bocanegra da un salto con impulso hacia delante con los brazos extendidos, como si fuera a zambullirse en el agua, su cuerpo forma una elipse perfecta pasando por encima del bravío a escasos centímetros de su piel como si la dibujara, para cuando está aterrizando tras la cola del toro, con una voltereta perfecta, a su amiga ya le ha atravesado el asta del toro en pleno tórax, porque ella no ha saltado, ni siquiera se ha movido. El toro todavía la arrastra varios metros antes de que entre los concurrentes pudieran soltar su cuerpo moribundo, le bastó seguir el reguero de sangre y polvo para encontrarse con el cuerpo de su amiga inconsciente, puede oír como alguien entre los presentes le dice que lo ha podido grabar todo con el móvil, enseguida llegan los chicos de la cruz roja con una camilla plegable, luego la ambulancia. Y en el hospital de Pamplona, las preguntas de rigor, nombres, direcciones, teléfono de los familiares, dónde se hospedaban, y si no fuera porque iba exhausta después de todo lo que había pasado, juraría que el chico que vio en el pasillo del hospital, justo cuando ella salía de la habitación de su amiga para ir al lavabo, era Bocanegra.
Objetivos: Ficción sobre la Fiesta y San Fermín, inspirada en los suicidios colectivos que se suceden últimamente en Japón. Sobre la foto sólo puedo deciros que hace años que la tengo en el pc como resultado de un correo spam (re:) que me enviaron con motivo de San Fermín.
Tiempo robado si has “recortado” hasta aquí: cinco minutillos...
ka! confesó...
Ladrona Querida Amiga:
Literalmente me has tenido al borde mi asiento..el relato, tan bueno, tan tuyo, tan a tu estilo donde juegas con realidades con aristas y simultaneas (que fumado, pero me recordaste a algo muy Tarantino) ... me ha simplemente fascinado...
La lectura, que para un tonto servidor ha exigido un poco de "relectura" me ha encantado...buen fin de semana y bechos vanilla!..
Y pues, por el gusto de arruinarle las ganas a los próximos que lleguen a comentar :OLÉ! jajajaaj!
ka! confesó...
Post post comment:
Aquí cerca de veracruz hay una versión "Región 4" de las tientas de los toros...más enfocada a la parranda ..pero divertida.
EBTG: RifaN!!! ..
Maz confesó...
Hola, aquí me tienes, de vuelta por el mundo cibernético después de un tiempecito de relax y reposo (y eso que vuelvo a estar mala, porque a la vuelta de vacaciones me han descubierto que tengo un parásito intestinal y me estoy medicando para deshacerme de él y sus esbirros).
Muy buen relato, muy bien escrito e hilvanado. Muestra bastante bien algo que nunca entenderé: si los extrangeros ven que todos los años pringan tantos, ¿por qué siguen empeñados en continuar sus "suicidios colectivos"? No hablo de los lugareños curtidos en el tema, ya que son lugareños y están curtidos; pero todos esos chavales de fuera, como el que se ha quedado paralítico este año el primer día, ¿es que no se enteran de que todos los años pasan casos similares? ¿O simplemente no quieren enterarse y creen que a ellos no les pasará?
¡Ais! Si es que los "americanitos" suelen ser igual de tontos para todo :P.
Mike confesó...
Mi querida ladrona:
Soy enemigo declarado de la tauromaquia y variantes. Sorry.
Nuevamente me ha sorprendido como puedes trasmitir las emociones, el sentimiento de perdida, la amistad. Excelente narrativa. Un texto de gran carga dramatica y de una calidad a todas luces expuesta. Pero por la tematica, debo admitir que este NO será mi relato favorito.
confesó...
Ka!... me has comparado con Dios-Tarantino??? Bajo un momento de mi nube para decirte que MUUUCHAS GRACIAS!!!, que se hace lo que se puede cuando la imaginación retorcida de una se pone en marcha. Cuando dices que los EBTG rifan... supongo que quieres decir que molan (te gustan), a mi me encantan he ido incluso a un concierto suyo y tengo la entrada firmada por ellos, con lo cual citarlos aquí es una autoironía, con un tema que no es ni original de ellos, sino una versión... muy buena por otro lado.
Bechos vainilla! Ö_Ö
Maz, espero que te encuentres mejor eso que comentas del parásito, suena como cuando te llegan invitados con ancla. En cuanto al relato fue precisamente ese gringo (prefiero llamarles así porque aunque lo pretendan no se han comprado el continente como gentilicio) que se ha quedado paralítico el que me inspiró, no dejé de pensar que había sido tan "jackass" para no contratar la claúsula unilateral...
Mike... soy lo más antitaurina que te puedas echar a la cara. No he ido nunca a Pamplona por esas fiestas y dudo (Murphy tú como si nada...) que lo haga algún día. No he leído Fiesta de Hemingway y tampoco creo que lo haga. No sé nada de toros, ni de toreros, miento si lo dicen en un "Salsa Rosa" puede que lo vea y lo sepa (programa amarillo de sociedad por definirlo de alguna manera). Y precisamente por todo ello me apetecía escribir sobre algo que no me gusta e ignoro por completo. Es más una manera de darle un toque más surrealista al mismo ha sido el poner protagonistas femeninas, los encierros son una tradición del todo machista.
Te dejo está sonando en la radio George Michael y su tema An eassier affair, y es que los hombros se me van solos y las caderas irreverentes le siguen...
¿Y cuál es tu relato favorito?
ª_ª
ka! confesó...
Dios amiga...si a mi me dijeras "Tal cosa Mola"..quizá pensase: ah bien...mola?..mmm..mola?..muele?..ah!..tons no rifa!! Chinga!
Dios con el castellano!
confesó...
Jajajajaja... Ka! dicho así hasta me he imaginadoo moliendo maíz, y no rifa nada de nada. Coloquialmente por este lado del océano se suelen utilizar mola y guay, para decir que algo es cool, lo que me hace pensar que siempre nos quedará el inglés. 0_o
confesó...
¡¡¡Y olé!!!
Pocas cosas me apasionan tanto como la fiesta brava, mira que de haber nacido en otras latitudes sería yo torero, lo extraño del caso es que no soy supersticioso como ellos y mucho menos machista...
Simple y sencillamente tu relato me encantó, creo estimada amiga que tu creatividad va a la alza.
Saludos post-vacacionales.
El Zórpilo.
ka! confesó...
Entonces es correcto que para este par de iberoamericanos..nuestro libro favorito sera el Webster?
confesó...
Hey Zórpilo!!! Vengo de leer en tu blog que las vacaciones han estado estupendas, me alegro de leerte de vuelta.
Fíjate que siempre he pensado que precisamente ahí en México y en Colombia, son dos de los países que todavía miman la tradición taurina, vamos que creo que si te lo propones todavía estás a tiempo de lucir el traje de luces. ^_´
Ka!, ni lo dudes amigo... Ö_Ö