<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15196203\x26blogName\x3dklept%C3%98\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://klept0.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://klept0.blogspot.com/\x26vt\x3d70975121274733012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

sábado, septiembre 28, 2013

12:07 a. m. - ¿El Principito? Otro cabrón egocéntrico...

Cuando era peque y cursaba primaria, en esa década gloriosa de los '80, entre el visionado de películas como E.T., Stand by me o los inolvidables Goonies. Una gran desdicha inundaba mi vida escolar:

¡No me tocó la profesora que hacía la sala de estar con pinzas de madera para la Barbie!

Me tocó la que pensaba en la utilidad, obligándonos a hacer un lapicero, que consistía en forrar con pinzas un tarro de mermelada, vacío claro. ¡Ah y un salvamanteles!, que ni siquiera se salvó de ir a la basura, más rápido que ligero. MamakleptØ no sólo no consideró nunca la idea de darle al salvamenteles una oportunidad, sino que tampoco entendió que yo quisiera hacer los muebles de la sala con las pinzas para mis muñecas. Primero porque no tenía Barbie, tenía una Sindy (la mía era una brunette, todavía más raras de ver). Pero eso es otra historia. Y por la misma regla de tres de la tragedia escolar, cuando un par de años después me tocó la profesora que nos hizo leer Juan Salvador Gaviota, en lugar del archiconocido y casi icono: El Principito. Volví a gritar para mis adentros:

¡No me tocó leer El Principito!

Siiip, uno aprende a muy temprana edad que eso de la suerte es subjetivo, porque a ti te toca más bien poco. Y aceptas lo que "te toca", porque en ese momento de tu vida ser proactivo puede tener connotaciones negativas, que según el contexto pueden variar ampliamente de empollón a mala influencia. Según lo positivo o negativo de tu proactividad, y según el público a quien vaya dirigido dicha proactividad.

Ya he comentado que me cuestra concentrarme a la hora de visionar una peli o lo que sea, por lo que de manera proactiva, no estoy viendo mucho últimamente. Aceptando lo que "me toca" en los canales de TV, tropecé con esta versión de El Principito. Setentera de pro. Ambientación naïf. Y musical a tope. Algo chocante cuando no sabes lo que estás viendo, pero que engancha en una mezcla aceptable y hasta con coros pegadizos (EmojiBut I never met a RoseEmoji). No puedo decir lo mismo de las coreografías. 

Advertencia: Si es Usted querido lector un fan incondicional del libro de El Principito, lo tiene como libro de cabecera imprescindible, lo regala siempre que tiene ocasión, tiene varias ediciones en casa y a la vista de sus visitas, le gustaría poder volar y visitar mundos sin ser Superman, sino un ingenuo niño que sólo ve lo que quiere ver. Entonces, no siga leyendo. El contenido de la crítica que viene a continuación puede herir sus sentimientos. Dicha crítica está basada única y exclusivamente en el visionado del film antes expuesto. Y su autor, es decir yo kleptØ, no piensa leer el libro. Y se alegra, mucho, muchísimo de no haberlo tenido que leer.

¿El Principito? Otro cabrón egocéntrico que abandonó a su Rose para conocer otros mundos creyéndose merecedor de algo mejor que una rosa. A la cual, se había cansado de regar y cuidar... ¡Bravo!, otro que sale huyendo con la excusa de conocer mundo, y de paso conocerse. 

  

Rose: You are going away, arent' you?

Little cabroncete: Yes. (Monosílabo, ¿nada más que decir...?)

Rose: For long time?

Little cabroncete: Perhaps.(¡Ya lo sabes cabrón!, que no vas a volver...)

Rose: I see... It's my fault you're going, isn't it? I've been very foolish, haven't I?... Well, if you are going, go!

Little cabroncete: Goodbye. (Y si ella se siente culpable, a ti te la repamplimfla.)

Rose: EmojiBe happy! (bis) Forget that I have no one and nowhere to go. Be happy! (bis) Don't think of me in winter all covered with snow. Be happy! (bis) Forget that I'll be crying still. Forget you ever knew me
Or loved me at all.Emoji Puedes leer la letra completa de Be Happy, aquí.


Como todo Little cabroncete que se precie, todo se lo dice Rose. Él deja que ella se sienta culpable. ¡Culpable! Él no tiene más explicación que darle. Un Principito, que le tiene miedo al compromiso y a las raíces de los árboles, que pueden destrozar su mundo. No contento con haber abandonado a su Rose, y de haberle puntualizado al aviador que si él no había conocido a una Rose, era porque a lo mejor no la había buscado... ¡Cómo si él hubiera valorado a la suya y pudiera dar lecciones sobre el tema!


Little cabroncete: Perhaps you weren't looking for one. (No me digas).

Aviador: Perhaps... Could I have passed her over? Am I the one to blame? (No es fácil reconocer que la culpa es de uno. Perhaps... Definitely, maybe.)

Para mi, estos dos personajes son uno y su conciencia, el aviador al perderse en un sitio físico se abstrae mentalmente y redescubre a su niño interior, conversando con él, como desde hacía tiempo no lo hacía.

Y no contento con eso, ¡también abandonó al Zorro!, quien encima le regala su mejor secreto y enseñanza casi biblíca de esta obra literaria. Cualquier abuela que se precie nos ha soltado algo similar...


Por no hablar de cómo manipula al aviador para ir haciendo dibujitos y decirle en realidad, qué es lo que ha dibujado. Totalmente subjetivo.


Objetivos: Viento en popa a toda vela, ¡todas las Roses y yo a bordo!
Destino: lejos de cualquier otro Little cabroncete. O fan del mismo.

Tiempo robado si has abandonado tu mundo hasta aquí: Media vida.


Publicar un comentario

© 2005-13