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Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

lunes, junio 21, 2010

9:53 p. m. - La mujer desconocida.


La mujer desconocida me llama desde el silencio de la noche, murmura plegarias al son de una campana, en el improvisado altar, deja las ofrendas, una vela, un reloj de arena, un espejo de plata, una campana. El repicar del tambor que marca el paso ha cesado. Sus manos redescubren el espejo de plata, sus ojos escrutinan el reflejo desde ángulos inclinados, nunca de frente, ensaya su risa, le gusta, ahora ríe a carcajadas, sus manos intentan acariciar el reflejo, reconocerlo, hacerlo suyo. Sin darse cuenta, espejo en mano y sin dejar de observarse, se entrega a una danza circundante, marcada por el quiebro de su cadera al compás de la música tribal.

Me ve, sabe que la observo, con mirada traviesa me enseña su reflejo, quiere compartirlo conmigo. Me descubro en su espejo.
Entonces se aleja, se reúnen con ella, la doncella, la madre, la sabia. Todas comparten el espejo, bailan, ríen, se abrazan. Abandonan el espejo, son poseedoras del reflejo, portadoras de la luz. Desatan sus cabellos y girando el cuello vertiginosamente, consiguen que los mismos floten en el aire, como si lo hicieran en el agua. Gritan al unísono. La música ya no suena.


Objetivos: Un espectáculo que ví dos veces, en marzo y en mayo, para conocer a la mujer desconocida que habita en mí.
Clickando en la foto de servidora, podréis ir a la web del grupo y ver el vídeo.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Apenas una hora, lo que dura la función.

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