La mujer desconocida me llama desde el silencio de la noche, murmura plegarias al son de una campana, en el improvisado altar, deja las ofrendas, una vela, un reloj de arena, un espejo de plata, una campana. El repicar del tambor que marca el paso ha cesado. Sus manos redescubren el espejo de plata, sus ojos escrutinan el reflejo desde ángulos inclinados, nunca de frente, ensaya su risa, le gusta, ahora ríe a carcajadas, sus manos intentan acariciar el reflejo, reconocerlo, hacerlo suyo. Sin darse cuenta, espejo en mano y sin dejar de observarse, se entrega a una danza circundante, marcada por el quiebro de su cadera al compás de la música tribal.
Me ve, sabe que la observo, con mirada traviesa me enseña su reflejo, quiere compartirlo conmigo. Me descubro en su espejo. Entonces se aleja, se reúnen con ella, la doncella, la madre, la sabia. Todas comparten el espejo, bailan, ríen, se abrazan. Abandonan el espejo, son poseedoras del reflejo, portadoras de la luz. Desatan sus cabellos y girando el cuello vertiginosamente, consiguen que los mismos floten en el aire, como si lo hicieran en el agua. Gritan al unísono. La música ya no suena.
Objetivos: Un espectáculo que ví dos veces, en marzo y en mayo, para conocer a la mujer desconocida que habita en mí.
Clickando en la foto de servidora, podréis ir a la web del grupo y ver el vídeo.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Apenas una hora, lo que dura la función.
confesó...
Al margen del feminismo que emana (en ocasiones casi se disculpa por ser de la opinión de que los hombres deben compartir ese viaje de autoconocimiento, pero siempre creí que se sentía un poco obligada a decir esas cosas), ¿has leído "Mujeres que corren con los lobos"? Si te lo había recomendado ya en nuestra otra vida, discúlpame, mi memoria sigue igual de desastrosa. Si no, es una lectura como mínimo aconsejable.
v.
confesó...
V. en mayúscula, como mayúsculo es mi agradecimiento a tu memoria, por haberte traído hasta aquí... ^_´
Creo recordar un post de cuando tu ventana era negra, blanca o sobre alfombras de mil y una noches... donde hablabas de él. Decidí compralo enseguida, y durante años estuvo en la estantería. Lo presté en abril de este año sin leerlo, tal vez sea el momento de recuperarlo. Aunque para ello deba recuperar primerlo a la destinataria del préstamo, con la banal promesa de una taza de té. ¡Deséame suerte!
Y como solía decir yo en esa otra vida: "gracias por dejarte robar unos minutos para regalármelos en forma de mensaje". ñ_ñ
confesó...
Suerte pues! Si no lo consigues, yo te envío el mío.
Hoy en día no tengo minutos, todos los robo, así que me gusta invertirlos bien y contigo siempre nunca se pierden. Escribes maravillosamente, dejando adivinar una vida intensa (externa e interna).
V.
confesó...
Huy, "siempre nunca" se pierden?? Podría parecer un lapsus, en mi defensa diré que al principio había puesto "siempre se invierten" :-)
V.
confesó...
Jajajajaja, no te preocupes V., ha quedado muy neverland: definitely maybe. ^_´
Te tomo la palabra, gracias otra vez.
ñ_ñ