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kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

lunes, octubre 16, 2006

9:56 p. m. - El chicle de mamá.

Chicle, 1971. Macduff Everton, clicka en ella para ver su trabajo.




Mi madre es una persona que a su edad, las manías ya han dado paso a fijaciones y hasta casi diría yo que son intrínsecas en ella, lejos de si me gustan o no, no sería mi mamá (leer en tono ñoño, así está mejor) si no las hiciera.

Uno de sus caprichos es ir de restaurantes de vez en cuando y pedir, da igual lo que ponga la carta, y da igual si nos traen la carta de vinos, y da igual si tienen una hojita adicional con las recomendaciones del día: bistec con patatas. La mujer se asegura siempre de haber identificado el bistec y preguntar al camarero qué lleva de acompañamiento, da igual si el bistec en cuestión lleva una salsa de champiñones, da igual si nada en tomate, o si está esculpido a la brasa, ella pide: una ración de patatas fritas.

Nuestra última excursión gastronómica fue hace escasamente un par de semanas, pero el sitio en cuestión no era un restaurante normal y corriente, no, íbamos a uno al que yo llevaba tiempo negándome en ir, porque tal como lo define cualquier guía de Barcelona es rancio y pijo, vive de las viejas glorias de lo que una vez fue, y te cobran por respirar. Pero ella quería comprobar cómo era el bistec en ese sitio cuyo nombre tiene el mismo número de puertas que mi fecha de cumpleaños, y bien, nos dispusimos a pedir el bistec cuando...



(lo siguiente lo tenéis que imaginar como en slow motion, para que impacte más si cabe)


... cuando mamá se saca, muy graciosamente todo se ha de decir son años de práctica, su chicle y lo deja cual escultura diminuta y abstracta, en el borde del plato, justo al lado de la serigrafía grabada de manera exclusiva en tan singular porcelana blanca. El camarero se acerca, y ella le pide su bistec con su ración extra de patatas. En otros tiempos yo me hubiera puesto de todos los colores, le hubiera dicho, casi chillado, ¡mamá por Dios!, pero ahora con la madurez que se consigue con el tiempo y a fuerza de repeticiones banales, me limité a disimular igual que el camarero y con una sonrisa le pedí mi pato confitado.

Por eso cuando en la tienda mi mini-contertulio de turno, me comenta que él con sus doce años el máximo lo tiene en una bola de ocho chicles, yo me río con dulzura pretendiendo entender semejante osadía en capacidad bucal, cuando lo que realmente pienso es: ¡atrévete a pegarlo en el borde de un plato de postín, para recuperarlo antes de los postres y entonces te escucho!





Objetivos: Basado en hechos reales, algunos chicles se han modificado para evitar ¿caries?
Aunque debo reconocer que si todos fueran como mi mamá (leer ya sabéis cómo) no tendrían sentido campañas tan ingeniosas como ésta. ¿Y tú dónde lo pegas?
Tiempo (mascado) si has leído hasta aquí: 2:01








Blogger wisheast confesó...

Jajajajaja Nota mental:No tratar de combatir en una batalla de chicles con la mamá (leido como corresponde) de Klep0. Tengo las de perder.;) Besos mil.  


Blogger ka! confesó...

..Ay los padreeees !! (leer con voz de resignación!)..jajaja..con los míos ..sobr todo con mi padre peleo con los palillos (mondadientes)..cosa q detesto sobremanera!

Saludos y becho!...jaja..mucho que contarte!  


Blogger Remo confesó...

Desde hace mucho me resigné a tratar de cambiarles los "hábitos" a mis padres, como dice el viejo dicho: "Genio y figura hasta la sepultura"

Saludos arraigados.

El Zórpilo.  


Blogger Sirena confesó...

Mi abuelo tenía al morir, una bola de chicle inmensa con todos los chicles que había comido en sus últimos años... no supimos qué hacer con ella, hasta creo que mi hermano la tiene... ¿costumbres extrañas? naaah qué va!!!


Saludos kleptO... gracias por visitar el mar.  


Blogger Unknown confesó...

SALUDOS KLEPTO, ME HABIA DESCONECTADO UN POCO DE LA BLOGGERMANIA PERO AQUI ESTOY DE VUELTA Y PRECISAMENTE CON MI RESPECTIVO CHICLOTE EN LA BOCA, POR SUPUESTO NO ME PONGO EN COMPETENCIA CON TU MADRE, YO NOMAS ME ATREVO A PONERLO A UN LADITO DEL LAVABO MIENTRAS ME LAVO LOS DIENTES PARA LUEGO PODER RECUPERARLO, NUNCA SE SABE SI SE VA A PODER CONSEGUIR OTRO NUEVO FACILMENTE ;)  


Blogger Mike confesó...

Despues de una breve ausencia estoy de vuelta Vamp Sista!!! Yo que pense que la unica mujer maniatica ¡¡¡era mi madre!!! Jejeje. Un buen post.  


Anonymous Anónimo confesó...

Wisheast, no lo sabes bien... ^_´

Ka!, casi que veo a tu papi en acción con el palillo... míralo por el lado positivo tiene ese aire "western"... bechos, Ö_Ö

Zórpilo hasta la sepultura and beyond... sí señor. ¬_¬

Sirena gracias por dejarte robar unos minutillos y regalármelos en forma de mensaje, y compartir con nosotros esa anécdota de tu abuelo... ª_ª

Gabriela!!!, qué bueno re-leerte, aquí estamos como siempre. Ahora que me ha dejado pensativa el imaginarte consiguiendo (que no comprando) otro chicle. ¡Ay, pillina! ^.^

Mike, las madres son únicas en su especie... *_*, me alegra tenerte devuelta mi querido vamp bro' ¨¬¨  


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