Hace un año te pedí que me llevaras hasta él, ahí a dos pasos del centro de Madrid, no es lo más famoso del parque del Retiro, una curiosidad más: La fuente con la estatua al Ángel Caído. Lo cierto es, que desde que le visité todo mi entorno ha cambiado. Tal vez, escuchó mis deseos más profundos, por inconfesables y decidió que yo era lo bastante fuerte como para vivirlos en carne propia.
Si existiera en carne y hueso, mi ángel caído sería lo más parecido a Sylvain Jacques en su papel de Bruno en Ceux qui m'aiment pendront le train, 1998. Falsa fragilidad y ambigüedad. Todo deseo carnal.
Sylvain Jacques por Matthieu Deluc.
Hoy no estamos juntas, tampoco mucho más lejos que el año pasado, pero esta vez no podremos vernos, y un mensaje tuyo me llega por whatsApp:
"Espero que pases un día feliz, divertido, alegre, en compañía de tus amigos, la family y esos desconocidos a medio conocer que le ponen sal y pimienta a la vida cuando se los encuentra una (y nosotras se lo ponemos a ellos, vaya si no)."
Objetivos: Brindo por esos desconocidos a medio conocer que susurré fundida en mis deseos hace un año a la fuente del Ángel Caído, y que se me ha concedido. ¿Es Bruno a quien veo a lo lejos?
Tiempo robado si has susurrado hasta aquí: Menos de lo que tardas en cumplir tus deseos.