Foto: Tomada por servidora de los tres libros que han viajado en mi bolso durante el mes de abril.
De plástico y negra, con espacio para guardar secretos en su compartimiento interior, si es que decido qué secreto guardar... Así es la rosa que me han regalado para este Sant Jordi, día del libro internacional.
¿A que no sabes qué? Los libros han estado geniales, sobretodo por regalados. Qué se yo.
Objetivos: Que el leer no nos quite el escribir. Tiempo robado si has leído hasta aquí: Lo que tarda en ponerse mustia una rosa.
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martes, abril 05, 2011
11:53 p. m. - Hacia rutas salvajes. (Into the wild) - Mi final alternativo
Fotogramas de la película Into the wild, por servidora, Dr. Zhivago no volverá a ser lo mismo: "Happiness is only real when shared".
Agachado como está, acaba de rellenar el bidón de cinco litros de agua, cierra la llave de paso que hay en el exterior de la gasolinera, junto al baño. El sol aprieta y el viento le trae un regusto de talco de arena a sus labios agrietados, a la vez que juega con su pelo cobrizo, despeinándolo más si cabe. Por lo que decide pedir el aventón hasta donde ha dejado sus pertenencias y la improvisada tienda, resguardado bajo el techo que cubre los surtidores de la gasolinera.
Un jeep verde oliva con los guardafangos llenos de tierra, se detiene a su lado. Tras el volante un señor mayor le sonríe de manera afable, lleva el pelo corto y cano cortado al estilo militar, y las mangas de su camisa de manga corta remangadas en dos vueltas, lo que le dan un aire jovial, tan pronto como le pregunta si le lleva a algún sitio, Chris, está abriendo la apuerta para acomodarse en el asiento del copiloto y devolverle la sonrisa.Cuando llegan donde están sus pocas pertenencias, Ron, se baja del coche y tras contemplar la polvorienta nada a su alrededor, no duda en preguntarle al joven, qué hace ahí. A lo que Chris, le contesta, que ahí lo tiene todo y señalando hacia la cúspide de la colina que tiene a su derecha, le grita entre bocanadas de aire, mientras sube sin apenas esfuerzo hasta la mitad de la colina, "¡esto es libertad, estas vistas no tienen precio!".
Casi sin darse cuenta Ron invita a cenar a su casa a Chris, antes de que lleguen a los postres se han explicado sus vidas, Ron le explica que es viudo y que su único hijo y mujer murieron en un accidente de coche, y Chris le explica que va en busca de la felicidad y que se llama Alaska, nadie explica que huye de su propia familia, o del concepto que tiene de ella. Ron le dice que, al retirarse de su carrera militar, montó un pequeño taller en casa, donde graba cuero, obteniendo así un ingreso extra a su jubilación. Chris le pide verlo, en ese momento la transmisión de conocimientos es perfecta, Ron le enseña cuatro secretos básicos, acompañados de un cinturón de cuero, un troquel, un buril y una pequeña maza. A Chris estrenarse y plasmar su periplo en pictogramas y letras sobre el estrecho cuero, le resulta gratificante, no es consciente de que acaba de grabar su memorabilia.
Las semanas pasan, y Chris al principio movido por su espíritu inquieto y luego por una comodidad hasta entones desconocida para él, siempre acaba diciendo los viernes que probablemente el lunes marchará a Alaska. Ron comenta algo que ha visto en la tele sobre la adopción, Chris mirando el mapa para marcar el recorrido a seguir para la próxima feria de artesanías, le dice que ya hablarán de ello cuando vuelva de Alaska, levanta la mirada y al toparse con los ojos de Ron, ambos sonríen de manera espontánea. Ron le recuerda que cada vez, van más lejos, que si no hay ferias un poco más cerca de casa. Chris, con la cabeza ahora hundida en el mapa y con un rotulador en la mano izquierda, le dice por toda respuesta, que por nada del mundo se perdería el trayecto, y cuanto más largo mejor.
Tendrían que pasar ocho años, para que Chris estando en su luna de miel y disponiéndose a escribirle a Ron, para enviarle las últimas fotos que había hecho, de su anhelada Alaska, recibiera un e-mail de un bufete de abogados donde le comunicaban que como representantes legales de Ron, se ponían en contacto con él, como hijo adoptivo del difunto y heredero universal de todos sus bienes. La vista se le nubla a Chris, a la vez que suelta un, "¡qué cabron!", mientras sus dedos acarician la hebilla del cinturón de piel, que siempre lleva consigo cuando marcha de viaje, sus yemas recorren los agujeros, el primero de ellos es más ancho que el resto y su diámetro se muestra gastado en los bordes, cuatro agujeros distan de ese primero al que ahora utiliza, y que hizo él mismo. Junto a ese primer agujero, sus dedos se detienen en la letra N, sonríe.
Objetivos: Este es el final, naïf seguramente, que me hubiera encantado en la peli, casi salto del sofá para gritarle en 3D al personaje, "¿pero es que no te das cuenta?". Ron es el prota del capítulo titulado "Getting of Wisdom" en la película, basada en una libreta tamaño folio de espiral con hojas de renglones, que llevaba siempre consigo el Chris real, en el que está basado el personaje principal. Detalle que he odiado por tener una libreta igual e incombustible, puedo dar fe de ello, que data de la misma época en la que está ambientada la película, detalles de la casuística personal. ¿Me estaré volviendo ñoña?
Como dice el anuncio de CK for men, esos trozos de sicología urbana en un minuto o menos: "The best thing about getting lost is what you find along the way", después de ver esta peli, no podría estar más de acuerdo, grito ahora en 3D: "¡Chicos que no nos damos cuenta que: La felicidad es el camino, no la meta!".
Sentencio gratuitamente y por el mismo precio que: En la soledad del objetivo alcanzado, sólo existe la añoranza del camino. ¡Ea!, que descansadita que me he quedado, llevaba un par de meses gestando este post...
Foto: Tomada por servidora de los tres libros que han viajado en mi bolso durante el mes de abril.
