Lo tenía todo preparado, empezaría diciendo algo como:
“Llegué como siempre, diez minutos tarde, con mi mocca tamaño tall en la mano, la puerta de cristal estaba entreabierta y junto a ella el portero del edificio, junto con el asesor comercial con cara de circunstancias, había una tercera persona pero no debía de ser importante, ya que no la recuerdo, alguien, creo que fue el portero, ante mi mirada inquisitiva, me dijo que habían entrado a robar de madrugada, que podía subir pero que no tocara nada, que enseguida vendría la policía, y que querrían saber sobretodo, si echaba en falta algo."
Esa sería la versión simple y oficial. La extendida sería algo parecido a ésto:
"Así que subí en el ascensor, como de costumbre, en cuanto se abrieron las puertas de la cuarta planta, se hicieron patente, los papeles desperdigados por el suelo, una pelota de golf, un estuche que albergaba unos gemelos de plata ahora tirados sobre la moqueta, a la vista de todos, tres de los jefecillos de la planta, murmuraban y hacían comentarios sobre las cosas que habían quedado al descubierto después de que los supuestos ladrones dejaran a la vista de todos las entrañas de los cajones de escritorio, dijeron que peor estaba la tercera planta, así que después de ver que mi escritorio y el de mi compañero de al lado, estaban tal cual, vamos que no habían tocado ni un lápiz, debo decir que fue en ese preciso momento cuando supe que no podían ser ladrones vulgares y corrientes, de ahí que me permita la licencia de llamarles “supuestos”, ya que sabían perfectamente lo que buscaban y dónde estaba, con lo que me dispuse a bajar a la tercera planta.
Normalmente bajamos y subimos por las escaleras, bajar o subir una planta por ascensor es un poco exagerado, entonces fue cuando vi el espectáculo cutre que habían montado en las escaleras, ropa de gimnasio y zapatillas deportivas sobre los escalones, junto con productos de limpieza, al abrir la puerta de la tercera planta, los jefecillos estaban consternados e incluso disgustados, ya que la ropa del gimnasio de las escaleras pertenecía a uno de ellos, en concreto a dinosaurio G, cuando repararon en mi, me preguntaron que si me faltaba algo, respondí que no, y luego me recordaron que no se tenía que tocar nada, ya que la policía estaba a punto de llegar, aquí fue donde dinosaurio G, salió como alma que lleva el diablo camino de las escaleras, bolsa de supermercado en mano, bociferando que ya le habían robado la bolsa del gimnasio, esa tan exclusiva que tiene media Barcelona y que te regalan cuando te matriculas, cosa que había hecho ella hace escaso mes y medio, para amortizar los mediodías, y que de nada iba a servirle a la policía ver su ropa tirada por las escaleras, y desapareció enfurruñada tras la puerta que lleva a las escaleras."
Diría y sin temor a equivocarme, que ese fue el pistoletazo de salida, para que todo el mundo decidiera: tocarlo todo, es decir, recoger y agrupar. Sí, ya sé que todos vemos series policíacas donde dicen, que no se ha de tocar nada.
Pero finalmente, los policías vinieron, se pasearon, anotaron y nada preguntaron, ni siquiera hicieron fotos y es que, las series policíacas son simplemente eso, series.
Objetivos: Yo no he tocado nada, ha sido mucho más divertido ver cómo lo hacían los demás, mientras me acababa mi mocca, espolvoreado con chocolate en polvo.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Un viaje en ascensor de planta a planta, y tiro porque me toca.