<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15196203\x26blogName\x3dklept%C3%98\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://klept0.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://klept0.blogspot.com/\x26vt\x3d70975121274733012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

jueves, diciembre 15, 2011

2:31 p. m. - Hoy no hacía día para llevar falda.

Foto: Tomada del blog "unblogderecursostic", clickar en ella para acceder a tutoriales de mecanografía. Y poder tener una experiencia táctil más allá del pulgar civilizado o el índice: "oye tú cabrón de smart phone táctil, aquí el que manda soy yo"...


Querida/Estimada ___Aquí tu nombre___:


Dudo hasta en cómo adjetivarte. Siempre me han parecido demasiado formales y poco adecuados los formulismos epistolares, pero hay que empezar de alguna manera.

Empezar... Nuestra amistad empezó de una manera casi predestinada, y lo digo sin ningún tipo de superstición en el pasado, ni en el futuro. Pero es casi lógico que nos conociéramos llegando tarde el primer día. Ya que ninguna de las dos conocíamos entonces (y poco hemos corregido ahora) el concepto: puntualidad. Hablando de eso y ahora que no nos lee nadie, ni siquiera tú. Sólo a tí he llegado a esperar más de una hora, clavada en el sitio. Sin rechistar. Y si esto lo supieran los que a mí me han esperado. Me colgarían, también sin rechistar. Lo escribo porque doy por hecho que tampoco ellos me leen ahora. Murphy tápate los ojos.

Me tapo los ojos, para recordar mientras hablo contigo por teléfono: las risas compartidas, las tardes de compra previas a la salida del finde, los "acómpañame al lavabo" cuando un pesado se nos acercaba. Con los años hemos aprendido a aceptar nuestros defectos aunque eso nos joda. Y en la aceptación nos enorgullecemos de ser capaces de decirnos que NO. Aunque luego lo que más nos satisfaga es la negación de las cosas que ya no compartimos en vivo pero que nos transmitimos en diferido. Como ahora que estoy hablando contigo. Y aquí emulamos al género masculino, todo lo que podemos. ¡Yo la tengo más grande que tú! El teléfono me resulta odioso y si me llamas con el manos libres desde el coche, todavía más. Pero siempre me alegra seguir escuchando tu voz al otro lado. ¿Nostalgia?

¿Será esa la magia de las emisoras de radio? ¿Una voz amiga en la distancia? Sin compromisos corpóreos, sin obligaciones, sin calor humano que nos recuerde que luego siempre viene el frío. Me gustaría hablar de todas estas cosas contigo. Me gustaría decirte que hoy he recordado que en los días previos a Navidad siempre chupaba estos bastoncitos a rayas cuando era pequeña. ¿Sabes que juntando dos forman un corazón? Pero si los sobrepones de cualquier manera, será más fácil que salga una equis. Su sabor de menta era horrible pero eran Navideños 100% como los de las pelis, como los villancicos. Quiero llevarte a ese outlet donde compro últimamente. Enseñarte los adornos de Navidad tan chulos que hay este año en esa tienda de decoración tan exclusiva de la Avda. Diagonal, pero que la crisis ha hecho que los precios sean súper asequibles.

Me encantaría que vieras en persona mi arbolito de Navidad de este año y no enviarte una foto por e-mail como me has pedido... De hecho no has visto mis tres últimos arbolitos: el lila, el turquesa y el rojo de este año. Explicarte con lujo de detalles por qué escogí esos colores y no otros como principales en la decoración. Confesarte como si de un secreto se tratara, cuáles son comprados, cuáles están hechos por mí, cuáles me han regalado, y lo más personal e importante: que cualquier cosa es susceptible de ser colgada, sólo hace falta una cinta adecuada.

Insistes en que te envíe fotos, pero si supieras que llevo diez días con un móvil nuevo. Entenderías mejor mi inapetencia a hacerlo. No es que sea táctil. Es súper sensible el cabrón y mis dedos los descubro con poco tacto. Ya he tenido que ir dos veces a la tienda donde lo compré y no descarto que tenga que ir una tercera. Argh\?/&$%@@@!!! Los tiempos cambian y los teclados qwerty parecen ser ya inexistentes. Tal vez nuestra amistad sea también un poco qwerty en un mundo táctil.

Odio tu espíritu competitivo en todo, con todos. Eso te ha generado autobloqueos que ahora estás aprendiendo a lidiar y que reconoces. Y me bloquea a mí a la hora de comentarte cosas, porque no quiero seguir jugando a quién la tiene más grande. Tú intuyes que no quiero explicarte mis sueños, mis proyectos. Por cierto, ¡hoy me han explicado un sueño muy potito (leer en tono ñoño)! Supongo que algún día podré explicártelo y compartirlo, pero no ahora. Te limitas a preguntarme si me gusta lo que hago, lo que escribo. Pero sigues persiguiendo un éxito, un reconocimiento, que en mi humilde opinión siempre buscas en los lugares equivocados. Antes siempre me gustaba tu cabezonería porque la confundía con la palabra constancia. Pero yo también podría estar equivocada y mis experiencias son sólo las mías... Y sé que cuando dices que te alegras por mí, lo dices de corazón. Pero yo preferiría que en lugar de decírmelo fuéramos capaces de tomarnos algo y brindar por ello. Por nuestros fracasos, por nuestros logros, porque sí.

Pero ahora ya no tomas alcohol, no comes tomates, tampoco azúcar, no bebes nada con gas. No soportas el ruido. No soportas a mi perro. Yo también he perdido capacidad de aguante. Y lo notamos, lo ignoramos. Pero nos queremos. Eso es lo que siempre nos decimos.

La conversación de teléfono llega a su fin, el barullo familiar que se oye de fondo y que te reclama, así lo predice. Nos despedimos, me recuerdas que te envíe fotos, yo te recuerdo que el domingo tengo un evento, por si te quieres pasar. Colgamos. La tristeza me invade porque he recordado justo al colgar que quería comentarte que, hoy en Barcelona no hacía día para llevar falda y que el viento ha levantado un remolino de hojas que, ha herido mis ojos hasta obligarme a cerrarlos cuando iba camino de la boca del metro. Y que por un momento he caminado a ciegas a plena luz del día, con partículas de hojarazca ametrallando mis párpados.





Objetivos: Porque esto no te lo diré nunca así de claro, ni te lo enviaré porque lo bloqueo/blogueo aquí. Lo escribo para releerme y entender en el futuro por qué quiero seguir compartiendo contigo minutos de llamada en facturas de teléfono aunque ya no compartamos vivencias. Porque de manera egoísta me gusta seguir teniendo un poquito de tí, aunque sea frío y en la distancia. Como una emisora de radio. Muy qwerty.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: ... y el que nos queda.


Anonymous El Zórpilo confesó...

Auch...

Sin comentarios.

El Zórpilo.  


Blogger DesiTur confesó...

Con la de vueltas que da la vida, quién no te garantiza que volverán las vivencias compartidas, que aprenderá a querer a tu perro, que os volváis puntuales las dos...

Terminas el año con una imagen muy evocadora que sólo podría encontrar aquí (las partículas de hojarasca ametrallando tus párpados).

Tu blog apareció hace años amenazando con robarnos y contagiarnos a todos de cleptomanía, pero no hace más que regalarnos imágenes exhuberantes y evocadoras. Que 2012 te sea propicio!  


Anonymous klept0 confesó...

Gracias por comentar, don Zorpilo.

Querida Shere, ya te lo he comentado alguna vez: gracias por ser el eco perfecto. Que me devuelve mis imágenes mejoradas y aumentadas. Este año no podía comenzar mejor.
ñ_ñ  


Blogger Mike confesó...

"Yo también he perdido capacidad de aguante. Y lo notamos, lo ignoramos."

Deja Vu...

Abrazo de oso en paro.  


Publicar un comentario

© 2005-13