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kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

miércoles, octubre 05, 2011

2:39 p. m. - Adopción inesperada.

A veces pasar página es desprenderse de objetos materiales, amuletos de otros tiempos. Objetos que nunca venderías por todo el oro del mundo. Objetos que llegaron a ti y que un día son ellos mismos quienes te indican su camino a seguir, sin ti.

Cuando eso ocurre, no hay tiempo que perder. Hay que dejar que el amuleto siga su propio camino y agradecerle el tiempo que estuvo destinado a estar a tu lado.

Eso es lo que me ha pasado con la cabeza decapitada de "El Gigante de Hierro", cuando monté futurama (2001-2007), el distribuidor tenía en su almacén en una esquina el torso del gigante, se lo pedí sin más, a lo que respondió que si tenía cómo llevármelo, era mío. Tardé poco y nada en ir a recoger el torso que debía medir algo más de un metro de largo por otro metro de ancho contando con los brazos. Fue el mejor segurata que tuve en el videoclub, aguantó imdemne los seis años y medio junto a la puerta del local. Cuando ya sabíamos que la aventura había llegado a su fin, y tuvimos que desmontar el videoclub y empaquetarlo todo, fuí incapaz de tirarlo sin más a la basura. Tampoco se me ocurrió venderlo, a pesar de no tener sitio en casa para él. Era demasiado "gigante", aún siendo sólo un torso. Con espíritu apache me armé de unas tijeras y lo decapité.

Su cabeza ha acumulado polvo a los pies de una vitrina que tengo en la sala, durante los últimos cuatro años y medio. Hasta el pasado sábado. Tuvimos visita y uno de los invitados a cenar lo reconoció. Haciendo caso omiso a la vitrina y al resto de cosas que acumulo en casa, empezó a explicarnos las veces que había visto la película y que siempre acababa llorando. Por si alguien se lo está preguntando, hablo de una persona adulta.

La cena transcurrió en tono jovial entre risas, anécdotas laborales, etc. Cuando ya habíamos digerido el postre. Me levanté, sacudí algo del polvo de la cabeza de mi "El Gigante", y se lo ofrecí en adopción al fan indiscutible, quien primero negó con la cabeza alegando que no podía aceptarlo, para luego extender los brazos y acunar la cabeza. Hizo un reconocimiento táctil, como hacemos todos cuando "queremos algo", y su cara se iluminó al ver que no era una réplica sin más sino que tenía la frente hundida en su parte superior izquierda. Acarició la hendidura, como cuando reconoces una vieja cicatriz, con un cariño conmovedor.

Foto: El orgulloso padre adoptivo junto a su novia, tomada por servidora.

Al acabar la cena, nos despedimos y le ví alejarse calle abajo junto a su novia, con la cabeza de "El Gigante" bajo su brazo izquierdo mientras le acariciaba con su mano derecha. Estoy segura que en la oscuridad de la noche y a distancia cualquier persona hubiera pensado que llevaba un cachorro entre sus brazos.



Objetivos: Me sentí extrañamente feliz.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Una cena.



FOTO AÑADIDA EL 30/11/11. Facilitada por el padre adoptivo. Orgullosos sentirnos todos.


Blogger ka! confesó...

No, no entiendo...
Atte Mike (en la cuenta de Ka! - No, no entiendo tampoco)  


Anonymous klept0 confesó...

¡Vaya mi gozo en un pozo!
Por un momento pensé que ka! me había escrito... d-_-b
Yo tampoco entiendo,
ñ_ñ  


Blogger DesiTur confesó...

La sonrisa no le cabe en la cara... Qué bien se siente uno cuando le da a alguien una alegría.  


Anonymous Anónimo confesó...

Por extraño que parezca, desde el mes de agosto estoy haciendo "limpia" en mi casa...

Hay tantas cosas ahí que me piden a gritos que no las tire sin piedad a la basura, que a punto he estado de ceder.

Saludos alegres.

El Zórpilo.  


Anonymous klept0 confesó...

En efecto querida Shere, nótese la diferencia de amplitud en la comisura de los labios entre él y su amada... jajajajajaja. >_<

No ceda don Zórpilo, el día menos pensado le rebelan su siguiente destino. Sólo hay que estar atentos.

ñ_ñ  


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