Le dice el Sr. Director tocándole el hombro con sutileza e invitándole a acompañarle a la sala de reuniones.
Ambos se sitúan en uno de los laterales de la mesa ovalada, con dos sillas de distancia.
Ella se dispone a escucharle, y él empieza diciendo:
- Tengo una mala noticia que darle...
Aquí ella ya sabe lo que le va a decir, y deja de escuchar automáticamente, los ojos se le humedecen pero no de tristeza, sino de alivio. Cosa que confunde al Sr. Director y hace que deje de hablar de la crisis y de la reestructuración que le han impuesto desde la central italiana, para en tono paternalista, añadir:
- ... es muy difícil estar en esta situación y tener que dar este tipo de noticias, llevo toda la noche sin dormir y casi no he comido nada esta mañana. Mire aquí tiene la documentación que necesitará.
- ¿Puedo pedirle un favor? - Le pregunta enjugando las lágrimas en una servilleta que ha cogido un minuto antes de la mesa del café, detrás suyo. En ese momento se está acomodando en una silla el Sr. Director de Zona, quien acaba de entrar para reunirse con ellos, disculpándose por no haberlo hecho antes ya que tenía una llamada importante.
- Por supuesto. - Respondo el Sr. Director en el mismo tono paternalista, en este momento ambos hombres le escuchan atentamente.
- Quiero normalidad hasta la hora de salida, para poder despedirme de quien tenga que hacerlo.
Los dos hombres se quedan atónitos ante tal requerimiento, ya que tal y como había pasado hacía casi un año, cuando despiedieron a casi una tercera parte de la plantilla, fue un espectáculo de gente recogiendo sus cosas, maldiciendo en voz alta, lloreras en los pasillos, despedidas a medio plazo, falsas promesas y falsa preocupación ajena. Con lo que agradecen y acceden gustosos a guardar la compostura hasta el último momento.
El día transcurre, a media mañana invitan a dos personas más a la sala de reuniones, en cuanto salen y ella ve sus reacciones, comprende que el espectáculo acaba de empezar, los colegas empiezan a rumorear, a mirar sobre las pantallas planas de los ordenadores. La atención se centra sobre ellos dos, y por un momento ella logra distanciarse y observar las reacciones de los demás.
Llega la hora, lo tiene todo preparado, ha reciclado todo el papel que antes tenía archivado en vano, como tutoriales. Ha eliminado del servidor su agenda, piensa que es curioso cómo el contemplar la eliminación de archivos a la Papelera de Reciclaje puede ayudar a "eliminar" mentalmente una etapa. Tiene el bolso en la mano y con la chaqueta puesta, sus ojos se posan sobre "Enviar". Clickar sobre Enviar es lo único que queda, para que el mensaje de despedida lo reciban sus ya, ex-colegas y ex-clientes. Le divierte el imaginar sus caras y su expresión, no tanto de preocupación por ella sino si serán ellos los próximos, aparte del hecho de que lo leerán cuando ella ya esté bajando por las escaleras o incluso el lunes.
Objetivos: ... ¡Ah, la buena noticia!, que definitivamente no he sido una Valeria, con todos mis respetos a todas las Valerianas del mundo. No en serio, la buena noticia es que he recordado que escribía y que solía hacerlo aquí, para que tú, tú y tú y el de más allá... me leyeras y compartir así la soledad de las letras que flotan a la deriva en la red, hasta que tú las encuentras y las haces tuyas.
Tiempo robado al blog si has leído hasta aquí: 10 largos y oscuros meses.
Mike confesó...
Curioso.. pedí lo mismo cuando renuncié a Black & Decker....