<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15196203\x26blogName\x3dklept%C3%98\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://klept0.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://klept0.blogspot.com/\x26vt\x3d70975121274733012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

miércoles, julio 15, 2009

4:18 p. m. - Cuando la lavadora no es suficiente.

Foto: Jobsintown.de, y añadiría: "... and too short for sharing with the wrong people."


Tienes pilas de ropa, cosas, por lavar, por perdonar.

Así que lo normal es cargar la lavadora con ellas, poner jabón para asegurarnos de que la suciedad, traición, marchará sin necesidad de agua caliente, esperas que llegue al último lavado y estás pendiente de agregar el suavizante, tal vez un café espolvoreado con canela, y esperas a tenderla.

- Pues me alegro de que estés bien,- dice ella sin estar muy convencida mientras hace pequeñas ondas en la taza al remover la cuchara en su interior.

- Si, en realidad sigo igual, en estos dos años que han pasado no ha cambiado nada.

La lavadora da vueltas, centrifuga, exprime el agua y deja la ropa retorcida como un cordón gigante roto a trozos, cada trozo tiene vida propia, y se expresa en cuadros, estampados, rayas, situaciones diferentes que provocan cambios, y reaccionan de diferente forma a los jabones, al suavizante, destiñendo colores, provocando actitudes que no reconocemos, que no aceptamos. Es entonces cuando te das cuenta, de que la solución no pasa por lavar otra vez, la prenda ya está desteñida, o bien la mancha persiste, el daño ya está hecho.

- No debería darte igual son dos años de tu vida, de tu tiempo. – Suaviza su tono de voz. – Perdona tampoco quería aconsejarte, no soy quien…


Objetivos: Poniendo lavadoras.

Tiempo robado lavando si has leído hasta aquí: ... ¡y el que me queda!


Blogger Gacela confesó...

Me has recordado los días que pasan grises, sin novedad en el frente, sin -aparentemente- nada especialmente valioso que los diferencia unos de otros.

Y que cuando te preguntan "qué tal, cómo te va", contestas "como siempre, nada nuevo". Días que se pierden en el desagüe, y a veces te das con un canto en los dientes porque no han sido días que recuerdes por amargos...

Pero son días de nuestra vida, de nuestro tiempo. Aunque pasen así, de puntillas.  


Anonymous klept0 confesó...

Tienes razón, no me había leído así, era un ejercicio sobre lavadoras, cuando quieres reflotar una amistad, en mi caso, estancada en el tiempo, pero claro ese estancamiento, no es otra cosa que lo que comentas: "sin novedad en el frente". Lo que me hace recordar el título del cap. 7 de la cuarta temporada de Dexter, los veo en v.o. y se titula: Slack Tide (es una de esas cosas que me apunto, no vayas a pensar que soy biblioteca, jajaja, ains... ). Los primeros tres minutos definen muy bien el tedio de estar flotando en una balsa en aceite, todo igual, donde esta tranquilidad puede perturbarnos más aún que la actividad más arrolladora.

Supongo que lo que más me preocupa, es lo que dices, que sean días (luego meses y años) perdidos en el desagüe, a punto de taponarse amargamente... en fin, hay desatascadores increíbles en las droguerías, porque no hay otra que seguir adelante.

Gracias, Gacela... ^_´

ñ_ñ  


Publicar un comentario

© 2005-13