Foto: Tomada por TA, clicka sobre la imagen para ver el post original.
Conversardo con TA, de que con el ritmo que llevamos no nos vemos todo lo que a veces nos gustaría y de las personas que hemos dejado atrás en el camino, recordé un pasaje de un libro, y desde mi experiencia planetaria y botánica, le dije:
Las relaciones son como las plantas, nacen, crecen y mueren, mientras sigamos creciendo juntas, no importa el tiempo, la distancia o la cantidad. Lo que me recuerda que el único libro que tengo en casa de Lucía Extebarría es: Beatriz y los cuerpos celestes, hay un párrafo que me encanta, te lo mando por e-mail. Un par de días más tarde, TA recibía esto:
"La he sentido más alejada que nunca, nada mío ya, como una estrella lejanísima, a millones de años luz. La luz de las estrellas más distantes tiene una peculiaridad: cuando nos llega, ha podido tardar en el viaje hasta miles de millones de años y entonces estamos viendo la estrella tal como era hace milenios. Es como un viaje en el tiempo, y lo curioso es que podemos ver la luz de un astro que se extinguió siglos ha, quizás incluso antes de que los dinosaurios poblaran la Tierra. Al despedirme de Mónica comprendo que todo aquel amor que he mantenido vivo durante cuatro inacabables años no ha sido más que la luz de una estrella muerta."
Objetivos: "En mi ventana veo brillar, las estrellas muy cerca de mí... quiero vivir y disfrutar, la alegría de la juventud, cada noche para mí, sin estrellas que den luz..." Cantaba Candy Candy.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Lo que tardamos en percibir la luz de un astro.
jueves, julio 29, 2010