Esto es una continuación de los posts publicados los días 7, 8 y 9 de agosto respectivamente.
Lo que sé desde el principio.
Esta vez he podido leerme sin ansiedad, reconociendo mis propias letras sin sentir vergüenza ajena, pasar del odio al amor y del amor al odio, con paradas en el tedio más absoluto es cuestión de párrafos, alternando la sorpresa sobre cuándo dejé de expresarme sobre mí misma de esa guisa o cuándo empecé a aceptarme tal y como soy, y tal y como estoy, y enormemente feliz de tenerte a mi lado. Eliminando esas pesadas incógnitas de futuro que encadenan y condicionan el presente. La nada futura se me presenta de forma deliciosa y pienso saborearla, con la única certeza de que tú has estado y estarás siempre ahí apoyándome y queriéndome.
Dejo las pilas de papeles muertos tal y como están, en realidad ha dejado de molestarme su presencia, me llaman al móvil, me lleva menos de un minuto aceptar la invitación, cojo el bolso a lo que será una tarde de lo más provechosa: almorzar, y luego de rebajas. Entre las cosas del todo innecesarias que he comprado, estoy orgullosa de mi bolso de mimbre que recuerda a una cesta de esas que se utilizaban para los aparejos de pesca, yo nunca he ido de pesca al menos de forma intencionada... cuando una de mis acompañantes lo ha visto ha asegurado: “¡Tienes que ser tauro!”
Y como si alguna vez me hubiera preocupado realmente mi alineación planetaria (no más que al resto de los mortales cuando lees como por descuido un horóscopo), he corregido a viva voz: “¡Capricornio!”
Esta vez he podido leerme sin ansiedad, reconociendo mis propias letras sin sentir vergüenza ajena, pasar del odio al amor y del amor al odio, con paradas en el tedio más absoluto es cuestión de párrafos, alternando la sorpresa sobre cuándo dejé de expresarme sobre mí misma de esa guisa o cuándo empecé a aceptarme tal y como soy, y tal y como estoy, y enormemente feliz de tenerte a mi lado. Eliminando esas pesadas incógnitas de futuro que encadenan y condicionan el presente. La nada futura se me presenta de forma deliciosa y pienso saborearla, con la única certeza de que tú has estado y estarás siempre ahí apoyándome y queriéndome.
Dejo las pilas de papeles muertos tal y como están, en realidad ha dejado de molestarme su presencia, me llaman al móvil, me lleva menos de un minuto aceptar la invitación, cojo el bolso a lo que será una tarde de lo más provechosa: almorzar, y luego de rebajas. Entre las cosas del todo innecesarias que he comprado, estoy orgullosa de mi bolso de mimbre que recuerda a una cesta de esas que se utilizaban para los aparejos de pesca, yo nunca he ido de pesca al menos de forma intencionada... cuando una de mis acompañantes lo ha visto ha asegurado: “¡Tienes que ser tauro!”
Y como si alguna vez me hubiera preocupado realmente mi alineación planetaria (no más que al resto de los mortales cuando lees como por descuido un horóscopo), he corregido a viva voz: “¡Capricornio!”
Objetivos: Con la idea de hacer una cronología de las sensaciones que no de los hechos, he dividido el texto en cinco partes, debido a que la temática es la misma, los comentarios estarán suprimidos hasta mañana sábado, cuando publicaré la quinta y última parte, o así espero.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: ... esperamos una respuesta, aunque la misma no sea la que en principio esperábamos.