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kleptØ

Todo lo que no es nuestro, prometemos haberlo robado. 

viernes, julio 28, 2006

8:00 p. m. - El pañuelo lo ponemos nosotros.


I
La Parte Contratada



- Aquí te traigo el contrato del expediente 06/363, ha sido cumplido satisfactoriamente, hemos tenido que recurrir a la segunda fase, pero el resultado ha sido impecable.

- Perfecto... ¿fotos?

- Tenemos algo mejor, un transeúnte lo ha grabado todo con su móvil y ha colgado el video en internet.

- ¡Dios bendiga esos trastos... y a sus usuarios! Será nuestra mejor campaña de marketing para el año que viene, la competencia con los japoneses es cada vez más dura, esos cabrones asiáticos, hay que reconocer que se lo curran que si películas de terror, y luego que sea más barato con el rollo colectivo...

- Bueno pero eso nos diferencia, nosotros estamos dando un servicio personalizado y casi mítico, diría yo... aparte que tiene ese toque nostálgico, “La Fiesta”, nada que ver con esos encuentros clandestinos en coches aparcados a un lateral de la carretera.

- Sí es ordinario, pero funciona y al ser más barato, tiene un alcance de público al que nosotros de momento no llegamos... de momento, ¿tienes a mano el link del video?

- Pensaba que no me lo ibas a pedir.

Los dos hombres se colocan frente al cristal donde tienen impreso el logo, con el slogan de la empresa: “El pañuelo lo ponemos nosotros”. En cuestión de minutos un haz de luz cruza la estancia por encima de sus cabezas, proyectando el video sobre la superficie del cristal que hace las veces de monitor de última generación, al finalizar un contador gratuito dice que ya llevan más de un millón de descargas en dos días, uno de ellos se dirige al minibar camuflado como mueble auxiliar de oficina saca un par de cervezas y brindan por el éxito seguro, que les generará la infelicidad ajena.



II
La Mejor Amiga



Iban a ser las mejores vacaciones que se pegaban en mucho tiempo juntas, sin novios, sin prisas, ¡sin novios!, y sabía que no las olvidaría, pero lo que no sabía entonces es que volvería sola.

Durante meses se torturó con la idea de que podía haberlo evitado, incluso sospechaba que no tenía que haber ido al lavabo en el hospital, pero eso prefería no comentarlo, todos estaban muy preocupados de que no estuviera muy afectada por lo que había vivido. Recordaba todas las conversaciones que habían tenido los días antes... y siempre acababa recordando esa palabra, la que hizo que se rieran juntas y cómplices por última vez: zurullo.

- Imagínate una horquilla de pelo pero gigante, ¿vale?

- ¡Vale!

- Y ahora imagínate un montón de abalorios en lo que sería la curva, así todos juntitos, como si fuera un zurullo.

- ¡Un zurullo!, pero cómo se te ocurre.

- Que sí tía como si fuera un montoncito de colores, y me digo qué mono y me dirijo a la caja con un par, uno para ti y otro para mi, cuando la dependienta me dice que son 21 € cada uno, ¿te lo puedes creer?, se los dejé ahí mismo, por mucho Corte Inglés que sea, 21 €...

- ¡Son 21 €! – Exclaman ambas al unísono, y estallan en una carcajada.

- ¿Quieres un poco de té helado? No te fijes en la botella, lo he preparado yo misma con esos polvos que venden en plan instantáneo.

- Sí ya se cuáles son esos que parecen unos zurullitos marrones.

Vuelven a reírse estrepitosamente, y ella le devuelve la mirada para decirle,

- Significa mucho para mí que estés aquí conmigo, ¿lo sabes?

- ¡Claro que lo sé, tonta! – Le dice mientras le pasa el brazo por el hombro. – Ahora colócate bien ese pañuelo tan chulo de seda que te has traído y, ¡a correr se ha dicho!

Ahora ahí de pie junto al ataúd, y en el atril con todas esas caras mirándole, no tenía tan claro que leer el pasaje de la Biblia que le habían marcado con una pestañita fuera lo más adecuado para recordarla, para recordar las risas, para intentar entender esta mierda de vida. Y en un arranque de espontaneidad, cierra la Biblia, y empieza diciendo,

- ¡Zurullo! – Los que tenían media cara escondida en un kleenex y los que estaban pensando qué hacían ahí, todos absolutamente le prestaban atención ahora, y prosiguió diciendo. - Esa fue la última palabra con la que nos descojonamos de la risa, y si yo hubiera sabido lo que pasaría después, hubiera mostrado más interés por los zurullos que habitaban en su vida, los zurullos que le preocupaban... y no hubiéramos hablado solamente sobre los que teníamos en las horquillas para el pelo o en el té helado. Pero nunca sabemos lo que pasará después, ¿verdad? – Y girándose hacia el ataúd, le dice con los ojos llorosos. – Te prometo prestarle más atención a los zurullos.



III
La Parte Contratante



- Pase y póngase cómoda. – Señalándole el sillón de estilo Corbussier tapizado en negro.

Ella se acomoda en el sillón, nota en su estómago las típicas mariposas de emoción, pero intenta disimularlo, se supone que tiene que dar imagen de deprimida, aunque no se esperaba pasar la criba.

- Entiende que una vez firmado el contrato, no hay marcha atrás de ningún tipo. El servicio que contrata es total y absolutamente personalizado, con lo cual desde el día uno está generando unos costes considerables.

- Sí, lo entiendo perfectamente.

- ¿Entiende también nuestra cláusula unilateral?, que especifica que si una vez prestado el servicio el resultado no fuera el esperado, nos veríamos obligados a ejecutar la segunda fase, es una manera de protegernos ante cambios de idea tardíos.

- No hay problema, de hecho eso ha sido lo que me ha decantado por vuestra empresa.

- Perfecto, pues firme aquí, y en las siguientes páginas donde pone firma, son cuatro en total, burocracia... ya sabe. Muy bien, ya sólo falta hacerle entrega de nuestro pack de bienvenida, incluye un pañuelo de seda rojo y un ejemplar de Fiesta de Ernest Hemingway, en su interior en la contratapa encontrará la palabra clave: Bocanegra. Así entenderá que ha llegado el momento. ¿Alguna duda?

- No, bueno de hecho sí, ¿puedo hacerle una pregunta?

- ¡Faltaría más!

- ¿Qué les hizo escogerme? Se que tienen listas de espera.

- Eh... definitivamente la sensibilidad de su tarjeta multimedia como único documento de estado de ánimo. Ahí es donde vemos la urgencia según la persona.

Una sonrisa de satisfacción ilumina su cara, le da las gracias y sale como en una nube del despacho, en el pasillo se cruza con lo que supone debe ser otro ejecutivo de la empresa.

- La he visto marchar es una pena... es guapa.

- No te vas a creer lo que me ha preguntado... que por qué la habíamos escogido, ¡joder por culpa de esos japos de mierda tengo que coger a cualquier pija descarriada!

- ¿Y tu qué le has dicho?

- Lo de siempre... que la tarjeta multimedia era buena.

- ¡Qué cabrón! ¿La tienes a mano?

- Sí, toma.

Introducen la tarjeta que es del mismo tamaño que una tarjeta de memoria de teléfono, en el lateral del portátil, un minuto más tarde se ha cargado en la pantalla de cristal, I dont’ want to talk about it de los EBTG.


"...
I don't wanna talk about it,
how you broke my heart
If stay here just a little bit longer
If I stay here won't you listen to my heart, oh how my heart

If I stand all alone will this shadow hide the colors of my heart
Blue for the tears, black for the night's fears
The stars in the sky don't mean nothing to you, they're a mirror
..."

- ¿Qué ha sido de esa época donde te escribían poesías arrogantes o te citaban a Billy Holyday?



IV
El Servicio



- ¡Claro que lo sé, tonta! – Le dice mientras le pasa el brazo por el hombro. – Ahora colócate bien ese pañuelo tan chulo de seda que te has traído y, ¡a correr se ha dicho!

En ese momento un tropel de mozos viene corriendo por en medio de la calle, por la vestimenta ya se diferencian a leguas los turistas de los corredores de toda la vida, y por la forma de hacerlo los que se han pasado toda la noche sin dormir y bebiendo, de los que respetan y esperan con ansia el ritual a las ocho de la mañana tras el chupinazo, ellas están cogidas de la mano esperando incorporarse al encierro, la idea es que en cuanto pase el primero de los toros se pondrán a correr por el lateral, para así sentir mejor la adrenalina del momento, siguen pasando más corredores, un chico pasa muy cerca de ellas y les grita: “¡Bocanegra!”.

Su amiga le suelta de la mano y ella se queda petrificada con la mano extendida como si pensara que ella volvería. Ve cómo el chico que les ha gritado se para y se coloca en medio de la calle y su amiga se coloca justo detrás de él, ambos sonríen y parecen jubilosos, el gentío tras las vallas está exultante pidiendo en voz alta al patrón, y cantando los otros. El toro que encabeza el encierro acaba de girar la esquina, viene aturdido su cornamenta se acaba de enganchar con la camisa de un turista inexperto que corría a su izquierda, logra zafárselo con una sacudida fuerte de su cabeza, ocasión que aprovecha el descamisado para encaramarse a la reja de una ventana, el toro tras sacudir la cabeza mira desorientado hacia el frente, clavando sus ojos en Bocanegra, que adelanta su pie derecho al frente con un deje de cadera insultante y con gesto retador, a un metro tras él sigue su amiga, el público se acelera y empieza a gritar, ¡recórtalo como tú sabes!

El toro se lanza directamente hacia ellos y cuando se encuentra a escaso medio metro, Bocanegra da un salto con impulso hacia delante con los brazos extendidos, como si fuera a zambullirse en el agua, su cuerpo forma una elipse perfecta pasando por encima del bravío a escasos centímetros de su piel como si la dibujara, para cuando está aterrizando tras la cola del toro, con una voltereta perfecta, a su amiga ya le ha atravesado el asta del toro en pleno tórax, porque ella no ha saltado, ni siquiera se ha movido. El toro todavía la arrastra varios metros antes de que entre los concurrentes pudieran soltar su cuerpo moribundo, le bastó seguir el reguero de sangre y polvo para encontrarse con el cuerpo de su amiga inconsciente, puede oír como alguien entre los presentes le dice que lo ha podido grabar todo con el móvil, enseguida llegan los chicos de la cruz roja con una camilla plegable, luego la ambulancia. Y en el hospital de Pamplona, las preguntas de rigor, nombres, direcciones, teléfono de los familiares, dónde se hospedaban, y si no fuera porque iba exhausta después de todo lo que había pasado, juraría que el chico que vio en el pasillo del hospital, justo cuando ella salía de la habitación de su amiga para ir al lavabo, era Bocanegra.




Objetivos: Ficción sobre la Fiesta y San Fermín, inspirada en los suicidios colectivos que se suceden últimamente en Japón. Sobre la foto sólo puedo deciros que hace años que la tengo en el pc como resultado de un correo spam (re:) que me enviaron con motivo de San Fermín.

Tiempo robado si has “recortado” hasta aquí: cinco minutillos...

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martes, julio 25, 2006

5:25 p. m. - Bucle Malva


Normalmente no me levanto antes de las 10:30, quiero hacerlo antes pero no puedo, mi cuerpo se enrosca y noto el calor de mi perro, un pastor alemán que en cuanto nota que me muevo se queda panza al aire con las cuatro patas estiradas hacia el techo esperando mimitos... él hace horas que se ha levantado. No me gusta la rutina que llevo, quiero cambiarla pero estoy atada a ella, a lo que fue mi proyecto un día, por lo que me puedo tirar meses sin un día entero de fiesta. Por las mañanas mi cuerpo se niega a levantarse hasta el último momento. Las lavadoras se me acumulan sin plegar, ya que hace años que me negué a planchar, de hecho llevo años comprando ropa que en la etiqueta especifique que no es necesario el planchado. Los armarios de la habitación se me revelan como seres hostiles, que soy incapaz de ordenar, son como agujeros negros que se tragan todo y luego como ágiles termomix lo mezclan en una masa informe que reconozco como mía, pero que me aterra ordenar o incluso eliminar. En las estanterías se me acumula el polvo, yo que soy alérgica a los ácaros, pero soy incapaz de desterrarlos de mi propia casa, incluso me divierto haciendo carreteras imaginarias con el dedo índice sobre superficies wengué, que luego se convierten en tallos de flores, árboles, ahora ya no se lo que parecen.

La habitación malva destinada a ser mi refugio y el de mis invitados hace un año que me recuerda un estrepitoso fracaso personal, estoy en Milán, hace frío, hay gente a mi alrededor riendo como si de una fiesta se tratase, pero sus sonrisas de tiburón no saben disimular que huelen la sangre, ahora también yo la huelo, identifico su olor porque yo soy la fuente de donde emana. Me siento paralizada, no soy capaz de articular palabras, en su lugar emito gemidos lastimeros, un ente desde su interior me impide avanzar habitación adentro, veo las cosas acampar esparcidas por el suelo, sobre la mesa auxiliar y sobre el sofá-cama, de tal manera que parece como si un ser omnipresente lo cubriera todo, y me aterra, y me digo mañana lo recogeré todo, mañana... y así sigo en un bucle.

En realidad quiero deshacerme de este fantasma genético del desorden con orden, pero no puedo, pero se que debo hacerlo, y me repito que soy fuerte, soy emprendedora, soy... no obstante mi cercanía a ti, me hace reconocer que soy igual de frágil, que siento el mismo hastío hacia mis horas improductivas, y me hace consciente de que aunque quiera, mañana no me levantaré antes de las 10:30.



Objetivos: Dicen que sólo pierden el tiempo aquellos a quienes les sobra... esto lo escribí en el mes de marzo, la foto que ilustra este post, la tomé ayer, así que puedo decir en voz alta, ¡he vencido al ente!, pero que mal educada que soy, os presento al sofá-cama.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: 1:51

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viernes, julio 21, 2006

7:21 p. m. - ¿Y qué tienen que ver...?



La lengua es un animal vivo que evoluciona y muta constantemente, entendiendo por lengua eso que hablamos cada uno de nosotros y no ese órgano que a más de una le gustaría que mutara de vez en cuando.

Por eso es divertido leer los refraneros populares o las frases hechas, muchas de ellas aunque digan verdades como templos, contienen vocablos por demás graciosos e irrepetibles en conversaciones de rutina como en el bar haciendo el café de la mañana, o en el súper intercambiando cuatro palabras con la cajera, y mucho menos por mensajes de telefonía móvil.

Recuerdo como de pequeña era un constante, cuando no era tu madre repitiéndote hasta la saciedad que, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, eran los profesores en la escuela, con lo fácil que hubiera sido un simple “recuerden que mañana hay examen de mates”, ellos preferían soltarte un, “en guerra avisada no muere soldado...”, y arrastraban la palabra soldado, entonces era fácil imaginarte sangrante y desfalleciente sobre la bloody beach y encima sin calculadora, y eso que todavía no habíamos visionado nada tan explícito como Salvar al Soldado Ryan. Y qué me decís de aquél clásico: “hombre prevenido vale por dos”. Caray sería así como se conseguían los poderes de Superman, Supergirl en mi caso... ¿?...

Siendo mi naturaleza lenta y vespertina, quiso el pasado que tuviera una maestra que viendo cómo me entretenía copiando sus palabras de la pizarra, porque me gustaba ir subrayando a colores, guardar los márgenes, las sangrías, adornar con asteriscos del todo innecesarios, dibujar arco iris y florecitas de siete pétalos, que me soltara de manera repetitiva: “contra la pereza, diligencia”. No podía disimular la cara de cromo, cuando eres pequeño no has aprendido a disimular propiamente dicho, entonces ella me lo repetía como diciendo con la mirada, “lo entiendes”, y yo sonreía como diciendo “joder que soy un ser inteligente”. Diooos, no es que no entendiera las palabras pero con ocho años escasos lo primero que visualizas claramente, es lo que te hace preguntarte, “¿y qué tienen que ver los vaqueros en todo esto?”




Objetivos: Todavía hoy al recordar la frase lo primero que veo son unos caballos desbocados y una diligencia mordiendo el polvo del camino.
Foto: Me he metido en el taller de maf, y le he robado uno de sus encargos de pintura para hacer esta composición, fondo del cartón del dvd del Sr. de los Anillos, para el suelo un salvamanteles del Ikea, las figuras son de metal claro de 28mm, pintadas con acrílicos, y en la foto no salen pero en realidad son seis los caballos que tiran de la diligencia, a quienes todavía les faltan las correas y arneses, en total son unas dieciocho piezas minúsculas las que forman el conjunto, y todo ello está montado sobre una base de madera de unos 4cm de ancho por unos 20cm de largo, decorada con tierras y hierbas a contraste, está basada en los modelos existentes entre finales del siglo XIX y principios del XX, que utilizaban empresas privadas de la época para hacer llegar el correo a localidades donde no llegaba el tren, justo antes de que la industria del automóvil conociera su apogeo.

Tiempo robado si has leído hasta aquí: 2:22

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martes, julio 18, 2006

7:57 p. m. - El Souvenir

Foto: clicka en ella para ir a la web.


Carme y Jaume* estaban realmente preocupados por el comportamiento de su mascota, ya no sabían que más podían hacer para mejorarlo. Habían leído todos los libros que había en la biblioteca sobre cómo premiar y motivar las conductas deseadas. Habían aguantado estoicamente los comentarios de amigos que sin tener un triste periquito que alimentar eran auténticos eruditos en la materia, aparte de devoradores tenaces de documentales de sobremesa y programas veterinarios cuyo visionado garantizaban de por sí, auténticas tesis en comportamiento animal en general.

Carme no se lo había confesado a Jaume pero, estaba a punto de tirar la toalla, el animalito les había causado más tensión en los últimos días que alivio, y ella necesitaba, anhelaba ese alivio, llenar el hueco abrupto que había suscitado la muerte repentina de Sergi, aprovechaba los momentos en los que Jaume marchaba a jugar a la petanca o al ajedrez al casal, y ella ventilaba en un momento los asuntos más importantes del día, organizar las comidas, las lavadoras, y descifrar por dónde se había quedado en el esquema de su labor de punto de cruz, esto último con diferencia le resultaba de lo más difícil, sus ojos otrora ágiles ahora se habían vuelto cansinos, le llevaba una eternidad encontrar como si de un plano cartesiano se tratase el punto de todos los males, el punto donde se había quedado estancada la labor y lo que era aún peor, decidir por dónde continuar para que la trasera de la labor fuera de un horizontal impecable, hasta el sillón que Jaume le había regalado contento de haber podido aprovechar la oferta del Conforama, especialmente para ella con reposapiés incluido y al cual ella como bautizo ceremonial le había bordado en el cabezal y en los apoyabrazos sendas rosas a punto de cruz en azul nº115 y blanco marfil nº 027, le resultaba terriblemente incómodo.

Se levanta del sillón y sus pasos autómatas le llevan hasta el pasillo que tiene colmado de sus trabajos a punto de cruz, la cocinita perfecta, el baño perfecto, el cuarto de costura perfecto, la vajilla perfecta, una señora con vestido victoriano que representa un invierno perfecto, el abecedario de rigor originalmente orquestado con plantas medicinales, y al fondo la habitación de Sergi, el pantalón del pijama tal y como lo dejó la última vez hecho una bola sobre la almohada, post-its caducados pegados en el marco del monitor, y sus fotos de escalada por toda la habitación, sus ojos tropiezan como si fuera la primera vez que los viera con la pila de CD’s de música que en libre albedrío acampan delante de los altavoces, y se ve poniendo el primero de ellos que coge al azar, segundos más tarde los altavoces resucitan con la voz del Canto del Loco, “A contracorriente...”, una sonrisa amarga ilumina su cara, entonces nota una cierta paz que le devuelve a su sillón y a su punto en el plano cartesiano.

Jaume entra en casa contento más temprano de lo normal, y no tarda en darle la gran noticia.

- Esta tarde vendrá el psicólogo de animales que me recomendaron la semana pasada en el casal, ya verás cariño arreglaremos los problemas con Penjat**. ¡Otra vez esta música!

- Esperemos que sirva de algo, ¿a qué hora se pasará?

- Pues no creo que tarde mucho, me han llamado al móvil de su clínica para confirmarme que se pasaría por casa sobre las cinco y media, y son menos cuarto. ¿Dónde está Penjat?

- En su sitio favorito arriba de las cortinas, con el calor que hace debe notar la corriente de aire, pobrecito mío. – Y dirigiéndose a la mascota en su cúspide metálica le dice en tono ñoño. - ¡Ay mi Peni que nota el calor!

A las cinco y treinta y cinco suena el interfono, Jaume acude para abrir al psicólogo, quien en cuestión de un par de minutos sube hasta la vivienda.

- Buenas tardes, ¿dónde tenemos el perro de la casa?

- En la sala, lleva días que sólo se baja de la barra de las cortinas para comer solamente, pensamos que debe ser por el calor.

Carme sigue en su sillón con la labor de punto de cruz en el regazo, el psicólogo no puede evitar sentirse un poco incómodo, y enseguida empieza con las preguntas rutinarias para conocer mejor los hábitos de los dueños y así entender mejor los vicios de la mascota.

- Buenas tardes señora, si no le importa le iré haciendo unas preguntas para ver el por qué del comportamiento de su mascota.

- Venga cariño deja las labores un momento, que entre todos hemos de ver cómo conseguimos que Penjat nos haga un poquito más de caso.

- Es que si quieres que te diga la verdad Jaume, no me molesta que le de por encaramarse a las cosas en cierta forma hasta me gusta, me recuerda más a Sergi. – Replica ella.

- Bueno primero que todo me veo obligado a preguntarles cómo consiguieron a Penjat. – Interviene el psicólogo.

- Fue un regalo de Sergi, nos lo trajo de su último viaje, de India. – Contesta ella presurosa.

- Entiendo, también me gustaría hablar con él, para ver qué tipos de permisos le dieron para sacar al animal de ahí y entrarlo aquí.

- Me temo que eso no será posible... Sergi murió en un accidente de coche hace un par de meses. – Aclara Jaume.

- Comprendo, lamento la pérdida. – Comenta el psicólogo.

- Sabe lo que más cuesta es aceptar que haya sido en algo tan absurdo como en un accidente de coche, un conductor borracho iba en sentido contrario y claro, llevaba tantos años haciéndome a la idea de que la escalada lo podía matar, que no nos esperábamos algo así, le encantaba hacer fotos. ¿Quiere verlas?, son preciosas. – Inquiere Carme con la mirada perdida en dirección al pasillo.

- Carme no quisiera ser grosero, no dudo que deben ser unas fotos extraordinarias, pero si no le importa hablemos de Penjat, tenemos varias cosas que afrontar y una de ellas, es que no se trata de un perro, sino de una rata, una rata muy mona y bien cuidada de eso no hay duda, creo sinceramente que no he visto ninguna antes de este tamaño, de ahí que no sirva para nada educarla como un perro y pretender que actúe como tal. Debo comentarles que no deben sentirse mal o estafados, se han exportado tantas cosas de India, que este no es el primer caso que me encuentro lamentablemente.





Objetivos: El amor es ciego, pero sin duda las obsesiones son igual de lúcidas.

*Carme y Jaume: son los nombres correspondientes en catalán a Carmen y Jaime, y se pronuncian Carma y Yauma respectivamente.
**Penjat: palabra catalana que significa colgado, se pronuncia penyat.

Tiempo robado si has leído hasta aquí: 3:45

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martes, julio 11, 2006

11:11 p. m. - "... a la que no tiene lengua sino ojos"


Oteando llevo varios días y varias noches sin descanso, a ciencia cierta se que es la única manera de conseguir mi objetivo, me entretengo cambiando de postura entre las rocas, es la mejor manera de pasar desapercibida, estiro las aletas de vez en cuando para evitar entumecerme, juego con los cangrejos que parecen no acostumbrarse a mi presencia, he conseguido juntar varias petxines* que casi hacen las mismas aguas asimétricas que van desde el mostaza, pasando por el marrón hasta el rojo coral, y hay una que ya se ha hecho mi favorita tiene un puntito dorado que resalta sobre el blanco nácar, un puntito apenas perceptible pero que marca la diferencia. No tardo en encontrar la manera de añadirla de forma que resalte en el cinturón que cubre mi cadera, donde van atados tanto mis tesoros más preciados como mis herramientas de supervivencia, así se mezclan los atillos de redes marinas, el cuchillo de dulce filo, y los colmillos de tiburón, entre trozos de coral muerto, fósiles de caballitos de mar, y un perfumero que más parece una joya que una minúscula botella, justo al lado de ésta última cuelga ahora la petxina del caprichoso punto dorado. En esas estoy cuando noto un murmullo... son ellos, no cabe duda.

Me dispongo a interceptarlos se que es peligroso, que muchos han merecido indescriptibles castigos por atreverse sólo a acercarse, pero el miedo no me repele sino que me empuja hacia ellos, ahora no sólo los oigo, también les veo, sus pectorales aparecen y desaparecen sumergiéndose entre las olas de manera sincronizada, para un mortal a simple vista pasarían por nadadores de competición, pero al acercarse comprobarían horrorizados que sus orejas han sido sustituídas por orificios como los ofidios y unas membranas paralelas les sirven para respirar, unas finas escamas cubren sus codos que justo antes de llegar a la muñeca se han transformado en aletas dorsales aerodinámicas, sus ojos antes humanos son ahora índigos y fríos como el hielo, y sus piernas han dado paso a una potente extremidad enroscada similar a la de los caballitos de mar, son fieles sirvientes de Neptuno, pero todos sabemos que son llamados a sus filas por un desamor. Es por ello que son crueles y mezquinos, hasta cuando juegan o perdonan.

Uno de ellos me ha visto y ahora se dirige hacia mi, me detengo y me mantengo a flote haciendo círculos con los brazos. Cuando se encuentra apenas a un metro de distancia, me habla, su voz suena grave y melódica a la vez, si un humano hubiera estado cerca hubiera escuchado el mismo ruido que hacen las olas al romper en las rocas, con ecos diversos sin entender una palabra. Se sorprende cuando ve que le contesto en su mismo idioma, y más aún cuando comprueba que soy un híbrido y que mi transformación no es completa. Me ofrece unas medusas alucinógenas, se que no debo negarme pero aún así, giro mi cabeza de lado a lado para decirle que no. Sus ojos se tiñen de rojo y se acerca lo suficiente para que note su aliento salado, es entonces cuando me recuerda lo inferior que soy y que debería dar gracias de que no utilice conmigo sus famosas medusas tigre en lugar de ofrecerme las alucinógenas, mientras empuña el pez espada que lleva anudado al cinto. Estando así a sólo un centímetro de su boca, empiezo a susurrarle a manera de súplica que estoy ahí porque necesito pagar el rescate que me exigen los gigantes blancos que tienen secuestrada a Schere, y no le permiten volver al mar, a nuestro hogar. Noto cómo baja su mirada por mi pecho, por mi vientre y cómo recuperan sus ojos su color índigo frío cuando descubre mi petxina de punto dorado. Su mano autoritaria se posa sobre ella y de un tirón me la arranca, yo cierro los ojos porque el miedo que hasta ese momento era latente ahora bombea de manera súbita. Noto su mano fría en mi nuca y sobresaltada vuelvo a abrir los ojos, sus labios se acercan a mi oreja y en una cantinela marina puedo entender cómo me dice que soy bella para pedir favores por otros, pero que eso no quiere decir que se me concedan, y que sólo el propio mar puede devolver a los suyos a sus orígenes, al acabar de decir esto me suelta y se aleja, primero galopando se reúne con su compañero que ha estado observando en todo momento, para posteriormente perderse ambos entre las olas.

La desolación me invade cuando veo que se alejan y no he conseguido nada, reconozco que debería estar contenta por el mero hecho de haber sobrevivido, de poder explicar que no son tan crueles como se dice, y recuerdo sus palabras como si fueran notas en pentagramas, que primero parecen todas redondas y luego te percatas de que pueden ser corcheas, fusas o semifusas. Y entonces caigo y lo veo todo claro, “...sólo el propio mar puede devolver a los suyos a sus orígenes...”

Vuelvo todo lo rápido que me permiten mis aletas de híbrido hasta las rocas, ahí encuentro haciendo un intermedio entre pesca y pesca a un albatros a quien le está incordiando una gaviota. Los dos paran de pelearse solo verme, ocasión que aprovecho para preguntarles quién de los dos podría hacerme de mensajero, que la vida de uno de los nuestros depende de ello. El albatros ofendido me dice que él es un gran pescador y no un mensajero, que eso se lo diga directamente al ave carroñera de pico naranja que tiene al lado, dicho lo cual, emprende el vuelo para zambullirse a unos metros cual ágil torpedo. La gaviota me dice que no tiene problema en hacer llegar el mensaje que me costará dos peces de roca y un caballito de mar de los que me cuelgan en el cinturón, yo accedo y le hago entrega del perfumero junto con una nota, en la que se puede leer, “A entregar entre los gigantes blancos del madroño, a la que no tiene lengua sino ojos”.

Un día después Schere lo recibe y puede leer:

"Mira que se lo he dicho, sólo ver a los mensajeros del todopoderoso Neptuno, no sé cuánto tiempo más aguantará sin ver las olas remolonas, sin oler la salitre evaporada en su piel, sin ver el infinito del horizonte, pero ellos se han reído de mí, me han recordado mi posición de pobre mortal, y se han marchado galopando primero entre las olas, para sumergirse a metros de mí. Sabes que estoy intentando recuperar el tiempo perdido, pero mis aletas torpes de sirena de sofá, no responden, y me ha sido imposible seguirles, y entonces se me ha ocurrido traértelo, cógelo no tengas miedo, ya sé que parece un simple perfumero, pero en su interior se baña un trocito de océano que te he traído para que inhales en noches de insomnio, y Neptuno al notar tu aliento, te traiga de manera pronta junto a él."

Tres días más tarde, yo recibiría esta nota proveniente de la que habita entre los gigantes blancos:

"Los mensajeros de Neptuno, sin llegar a ser dioses, sin pasar de meros espíritus, siguen careciendo de esa cosa tan humana que es la piedad. Por eso les da igual lo que tú les ruegues o lo que yo les pida en voz bajita.
Pero mira, yo al menos no les necesito: alguien me ha traído el mar encerrado en un perfumero (para determinadas cosas, la parte, por pequeñísima que sea, es exactamente igual al todo): el frasco está húmedo por fuera, y cuando lo cojo (con perdón) el olor del salitre se me queda en las yemas de los dedos.
El resto, imaginarse el fondo marino, las piedrecitas, los cangrejillos transparentes y las algas, es fácil."

Schere



Una sonrisa de complicidad se dibuja en mi faz, que me llevará días borrar.



Objetivos: Relato inspirado en los e-mails espontáneos que nos enviamos hace unas semanas Schere y yo, a raíz de haber leído el suyo sobre los gigantes blancos y cuyos trozos he reproducido íntegramente en las notas que podéis leer en letra cursiva, (besos wapa). Para los mensajeros de Neptuno he recuperado los personajes que creé en el relato de A los pies del faro.
Foto: Servidora fotografiada por quien es más que mi amigo "maf", el año pasado en nuestro rincón favorito del Maresme (clickad en "ver situación geográfica").
*Petxines: plural del catalán petxina, que significa concha de mar.

Tiempo robado si has leído hasta aquí: Seis minutos seis segundos

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viernes, julio 07, 2006

7:17 p. m. - Auch...



- ¿Cúanto tiempo más vas a estar así? - Le pregunta a su amiga mientras la ve con el culo apoyado en la pared y las piernas alzadas.

- Hasta que me baje la sangre a la cabeza.

- ¡Serás burra!

- Es que... hoy he visto al diablo.


- ¿Cómo que has visto al diablo?

- ¡Que sí, era él fijo!

- Y suponiendo que le hubieras visto... ¿cómo sabes que era él?

- Pues porque era pelirrojo tirando a rubio, pecoso, sonrisa afable, con una camiseta de tirantes que mostraba sus biceps, tenías que haberlos visto, torneados, pero no voluminosos y con perlas de sudor, yo he hecho ver que no lo había visto, pero él se ha desviado para saludarme y te juro que he notado el calor del averno.

- ¡Ah, ese diablo!, tienes que presentármelo bueno pensándolo mejor de momento no, y si yo fuera tú, usaría esos zapatos son monísimos.

- ¿Y quién te dice que no los uso?

- ¡Pero si están nuevos!, a menos que salgas con esparadrapo en las suelas, ya me dirás...

- Lo que quiero decir es que nos lo uso en la calle, pero sí en la cama, ya sabes para salir de la rutina...

- ¡Eres la hostia!, tendré que probarlo yo también. - Le dice soltando una carcajada.

- ¿Y por qué dices que no te presente a mi diablo de momento?

- Ah sí... por la mierda de los aparatos. - Abriendo la boca y señalando los frenos. - Es que me traen por el camino de la amargura.

- No entiendo, me comentaste que no te dejaban comer según que cosas y que a medida que se te recolocan, duelen, pero y eso qué tiene que ver...

- Me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie, es que es asqueroso.

- Vale. - Le dice incorporándose para prestarle atención.

- Mira que no pueda comer según qué vale, de paso adelgazo un poco que ya me va bien, pero que sirva de Epilady mientras la chupo, pues... ¿qué quieres que te diga?





Objetivos: Auch... digan lo que digan, sea voluntaria o involuntariamente depilarse siempre duele. Foto: Servidora el año pasado en estado de autocontemplación.
Tiempo depilado si has leído hasta aquí: 1:59

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miércoles, julio 05, 2006

5:55 p. m. - Liberal





- Conozco a un tío que tiene una relación liberal con su pareja...

- ¿En serio?

- Bueno... en realidad creo que ella no lo sabe.

- Joder, pues entonces yo no le llamaría liberal, se me ocurren un montón de adjetivos, pero no liberal precisamente...




Objetivos: La parte afectada siempre es la última en enterarse. Foto: realizada con lo que arrambé en mi entorno laboral, quién sabe a lo mejor algún día tendrá el mismo valor que una servilleta firmada por Picasso.
Tiempo robado si has leído hasta aquí: Una eyaculación precoz.

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domingo, julio 02, 2006

6:30 p. m. - Eso NO es creíble.


- ¿Otra de él? Ni hablar, ¡qué asco! - Se queja alto y claro, macho dominante, mediana edad, moreno, divorciado, castizo, español de pura cepa.

- Sí es el mismo, pero aquí hace otro papel, parece buena ésta también. - Comenta a media voz la novia, rubia de pote, divorciada seguramente, en busca de segundas posibilidades.

- Así tal como está planteado, un tío sin ser homosexual, es que no me lo creo. - Sigue efusivo, macho dominante, y ahora dirigiendo su mirada al mostrador y por ende a klept0.

Klept0 en esos momentos está valorando cuál es la mejor respuesta plausible, sin herir los sentimientos encontrados de tremendo macho dominante, se le queda mirando sin más, directamente a los ojos, para ganar tiempo. Cosa que aprovecha él para seguir a la carga, y confirmar ante el auditorio que formábamos su novia y yo.

- Y no soy cateto. - Frase que acompaña con un gesto de afirmacíon, cigarrillo en mano sin encender, cual batuta al aire. - ¡Vamos que no es creíble!, eso un hombre no lo hace. - Ahora todos juntos, enfaticemos la palabra hombre, y hagamos el minuto de reflexión que tan honorable palabra se merece.

Klept0 se aferra a esas enseñanzas nunca vanas de ventas, y mira antes de contestar a los ojos de la novia, y confirma con un destello que las dos piensan lo mismo, es siempre bueno contar con aliados infiltrados cuando estás pensando en contraatacar. - Pero entre un hombre y una mujer sí que lo hubieras visto normal, ¿no?, es decir, si ves una peli que tras apenas haberse cruzado un par de miradas, les entra el calentón en la escalera, así sin más, sí que lo verías normal.

- ¡Por supuesto!, lo que yo digo es que si no eres homosexual no actúas así. - Aquí la novia está mirando las musarañas del techo, las encuentra muchísimo más interesantes, klept0 casi que también pero sigue con ganas de ver cómo entra el dedo en la llaga y a poder ser sin lubricante.

- Es que yo no creo que nadie se levante y diga, ¡hoy voy a ser homosexual!. - Dice klept0, aquí tendrías que haber visto su cara de plato ante tal posibilidad, para suavizarlo un poco klept0, da otra opción, - ni tampoco te levantas un día y dices, ¡hoy voy a ser infiel!, esto te lo encuentras y pasa.

La novia como siga así se va a desnucar ha estado todo el rato asintiendo con la cabeza, para decir finalmente. - Es que a mí me gustó, esa peli.

Él se siente por primera vez acorralado y da un poco su brazo a torcer, un poco sólo, - no si a mí, la historia de amor y el sentimiento que nace luego, y cómo se enamoran, sí que me lo creo, pero lo otro no. ¡Además con tantas ovejas ahí!

Aquí la novia aguda por primera vez mete cizaña y entre risas dice, - si es que él dice que antes se hubiera tirado a las ovejas.

- O sea, ¿ves más normal la zoofilia que la homosexualidad?- Pregunta klept0 sinceramente preocupada.

- Pues claro, en éste país siempre se ha hecho. - Asevera macho dominante en tono contundente, klept0 siente vergüenza de tener el mismo pasaporte, y no tarda en comentar.

- No me digas eso que luego voy al súper y no podré ni comprarme tranquila el queso de oveja, ¿cómo vas a preferir las ovejas antes que a una persona?

- Es que está claro, en el otro supuesto uno tiene que hacer de mujer y... - Aquí SÍ que tendrías que haber visto su cara de asco.

Klept0 no da crédito a lo que acaba de oír y estalla de risa sin dejar de mirar a la novia, quien también se rié pero más tímidamente, claro ante la joya que tiene en casa no es para celebrarlo.

- ¡Acabáramos!, todo el problema es ése, que uno tiene que hacer de mujer, te digo lo mismo, ¿crees que alguien nos preguntó a nosotras si queríamos hacer de mujeres? - Le dice klept0, aún sabiendo que él no entenderá la profundidad de la pregunta, y viendo cómo la novia definitivamente ahora sí que se desnuca afirmando.

Klept0 los ve alejarse, mientras piensa que es una lástima no tener a mano en momentos como ésos, un arnés con un consolador de gelatina en forma de cipote descomunal, el teléfono suena insistente para sacarla de tales pensamientos de ayuda y bienestar social, para oír al otro lado, el tono compungido del responsable de sus días.

- Hola, sólo llamaba para decirte que al final han admitido a nuestro familiar en el plan de rehabilitación, y pues eso, que lo sepas, de momento no aceptan visitas, pero al menos empezará el tratamiento.

- Y ¿qué ha dicho la sicóloga? - Pregunta klept0.

- Bueno, yo no he hablado con ella, lo ha hecho tu madre.

- O sea que nadie le ha comentado que lo que realmente le pasa es que es un homosexual reprimido, que sólo utiliza las drogas como cortina de humo. - Dice claro y alto klept0, para que su progenitor no tenga dudas al respecto.

- ¿Homosexual? ¿De dónde sacas eso? - Pregunta su progenitor en el mismo tono que cuando ella de pequeña le resumía las películas que había visto, y él dudaba sobre los argumentos.

- Pues de cuando salía con mi primo y él mismo le confesó, a manera de justificación que era más barato follarse a un travesti, que a una puta.

- Bueno... pero tú ya sabes que en estas cosas hay hombres activos y pasivos... - klept0 puede notar ahora ese tono de voz didáctico que adoptaba el portador de su ADN, para explicarle que en éste mundo de Dios hay cuatro estaciones y ella ya debería saberlo.

- Y los activos no se puede decir que sean homosexuales.

Pocas cosas le pueden chocar más a uno que oír a tu padre explicándote una clase de contabilidad avanzada, así que entenderán que no sigamos relatando la conversación, y que nos saltemos la parte que hace referencia explícita a la condición de sopla nucas o sopla almohadas, para preferir acabar la historia, de ésta otra manera.

- Sí claro, al menos ahí en el centro de rehabilitación podrá contar ovejas tranquilamente. - Dice klept0, en tono amargo y cansino.

- No entiendo. - Oye decir al portador de su ADN.

- Me refería a la hora de dormir. Ciao y gracias por llamar. - Se despide klept0.



Objetivos: Trozos de conversaciones verídicas sostenidas recientemente por klept0, los nombres han sido cambiados u omitidos y si os digo la verdad, no sé aún por qué motivo. Ayer se celebró el día del orgullo gay aquí en Barcelona, pero tal vez cuando deje de ser un día en el calendario, para pasar a ser un día normal, una opción de vida normal como cualquier otra, sea más divertido. Foto: hecha utilizando la postal publicitaria de la Galería Iguapop, con motivo de la entrevista a Boris Hoppek por Lars Denicke y Peter Thaler, en la Feria del Juguete de Singapore, acontecida en marzo pasado.
Tiempo robado si has contado ovejas hasta aquí: Cinco minutos cero segundos.

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